El módulo lunar Blue Ghost de Firefly Aerospace ha abandonado la órbita terrestre y ya se encamina hacia Mare Crisium, en la Luna.
Según declaró la compañía, “Blue Ghost realizó con éxito una maniobra de inyección trans-lunar para escapar de la atracción gravitatoria de la Tierra e iniciar un tránsito de cuatro días hacia la órbita lunar.”
Antecedentes de la misión
El viaje comenzó el 15 de enero con el lanzamiento de la misión “Ghost Riders in the Sky”. Allí, Blue Ghost viajó a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX.
En esta misma misión, también se encontró a bordo el módulo lunar Resilience, desarrollado por la empresa japonesa de exploración espacial ispace.
Durante las primeras semanas, ambas naves estuvieron orbitando la Tierra, llevando a cabo maniobras preparatorias para su inminente tránsito hacia la Luna.
El 9 de febrero, Blue Ghost ejecutó una corrección de trayectoria, esencial para refinar su curso y garantizar la precisión en su inserción orbital lunar. Este ajuste es una práctica común en misiones interplanetarias para compensar pequeñas desviaciones derivadas de variaciones en la propulsión o influencias gravitacionales inesperadas.
Etapas en la llegada a la Luna
En los próximos días, el módulo se posicionará en una órbita lunar alta. Allí, realizará las calibraciones necesarias en su sistema de navegación.
Firefly Aerospace explicó que, tras esta fase, Blue Ghost permanecerá aproximadamente 16 días orbitando la Luna antes de iniciar el descenso final.
Durante este tiempo, se ajustarán y validarán los parámetros críticos que aseguren la precisión en la aproximación al sitio de aterrizaje.
El objetivo es que el módulo descienda con éxito en Mare Crisium, una vasta cuenca de basaltos en la cara visible lunar. Esta región, de gran interés científico, ofrece una ventana única para estudiar la composición y evolución geológica de la Luna.
Aspectos técnicos y científicos de la misión
La maniobra de inyección trans-lunar (TLI, por sus siglas en inglés) es una operación compleja que requiere la aplicación de un cambio en la velocidad calculado con precisión para que la nave escape de la órbita terrestre y se encamine hacia la Luna.
Según la NASA, esta maniobra implica un cambio de velocidad de varios km/s, lo que resalta la sofisticación de la tecnología embarcada en Blue Ghost.
Dentro del marco del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), el módulo de Firefly tiene la misión de transportar al satélite una serie de cargas científicas de la NASA. Entre los objetivos técnicos destacan la perforación subterránea y recolección de muestras, la adquisición de imágenes de rayos X, y la mitigación del polvo lunar.
Estas iniciativas no solo buscan ampliar el conocimiento sobre la Luna, sino también demostrar la capacidad del sector privado para asumir roles estratégicos en la exploración espacial, en sintonía con el programa Artemisa y otros esfuerzos internacionales.
A medida que el módulo se aproxima al satélite natural, la comunidad científica y los entusiastas del espacio esperan con gran expectativa los próximos hitos de la misión, que promete aportar información valiosa sobre la superficie lunar y abrir nuevas posibilidades para futuras misiones de exploración y asentamiento en ella.
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