Tras las tensiones bilaterales y la amenaza de una guerra comercial con EE.UU., Canadá busca aumentar su comercio con China, particularmente a partir de la exportación de petróleo crudo. En dicha estrategia, el oleoducto Trans Mountain cumple un rol esencial, al exportar petróleo a distintos puntos del Pacífico.

El potencial de China para el sector petrolero canadiense
Los barcos cisterna dirigidos a China y Japón representan un cambio significativo para Canadá, un país que durante años estuvo limitado a exportar su abundante producción petrolera exclusivamente a Estados Unidos. Con las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump resaltando los riesgos de esa dependencia, el éxito de la ampliación de Trans Mountain, con una inversión de 34 mil millones de dólares, ha impulsado la intención de Canadá de reducir aún más su vínculo con su volátil vecino y asumir un papel más relevante en el comercio petrolero global.
El sector petrolero canadiense ha abogado por mucho tiempo por la construcción de más oleoductos, tanto dentro del país como hacia Estados Unidos, pero sus planes han sido bloqueados repetidamente por la oposición de grupos ambientalistas, comunidades indígenas y tribunales, además de la resistencia de los propios gobiernos federal y provinciales.
Sin embargo, estos esfuerzos han cobrado un nuevo impulso a medida que la población canadiense asimila las consecuencias del conflicto comercial con Trump, un episodio que ha generado enojo y desconfianza hacia su vecino del sur.
Los principales proyectos petroleros de Canadá
El proyecto Energy East contemplaba la conversión de un gasoducto existente para transportar alrededor de 1,1 millones de barriles diarios desde Alberta y Saskatchewan hacia refinerías y una terminal de exportación en la región oriental del país. Este plan permitiría evitar el tránsito del crudo por territorio estadounidense, como sucede actualmente con la Línea 5 de Enbridge Inc., que cruza la frontera rumbo a Ontario y Quebec.
Por otro lado, Northern Gateway fue cancelado en 2016 tras una decisión judicial en respuesta a objeciones de grupos ambientalistas y comunidades indígenas. Posteriormente, ese mismo año, el primer ministro Justin Trudeau rechazó oficialmente el proyecto. Esta infraestructura, de aproximadamente 1.178 kilómetros, habría conectado Alberta con Kitimat, en la Columbia Británica, con una capacidad de 525.000 barriles diarios, proporcionando a los productores de arenas bituminosas una vía adicional para enviar crudo a compradores asiáticos.
Según Waterous, de Strathcona, el gobierno canadiense debería declarar una emergencia energética para acelerar la regulación de Energy East y Northern Gateway, iniciar su construcción en los próximos meses y finalizarlos mientras Trump permanezca en el cargo.
Canadá se perfila como principal exportador de petróleo hacia China
Aun con el respaldo del sector privado, los nuevos oleoductos requerirían años y miles de millones de dólares para completarse. La ampliación de Trans Mountain, que casi triplicó la capacidad del ducto a 890.000 barriles diarios, tuvo un costo final más de seis veces mayor que el estimado originalmente. La mayor parte de esta inversión fue cubierta por los contribuyentes canadienses, dado que el gobierno de Trudeau adquirió la infraestructura en 2018 para evitar que la empresa promotora, Kinder Morgan, abandonara el proyecto.
Ante todas estas dificultades, una de las soluciones más viables y rápidas para los productores de crudo en Canadá podría ser una nueva expansión de Trans Mountain. Actualmente, el sistema solo transporta unos 720.000 barriles diarios, cerca del 80 % de su capacidad prevista, debido a que las elevadas tarifas destinadas a cubrir su costosa finalización han vuelto poco rentable el envío de petróleo en el mercado al contado.
Incluso operando por debajo de su capacidad total, Trans Mountain ya está transformando el mercado petrolero global. China ha incrementado sus compras de crudo canadiense, desplazando adquisiciones de países bajo sanciones como Irán y Rusia. Esto también está afectando los precios del petróleo procedente de Medio Oriente y América Latina, que presentan características similares al crudo pesado canadiense. Entretanto, los precios del petróleo canadiense habían registrado un alza y logrado cierta estabilidad, hasta que las amenazas arancelarias comenzaron a generar incertidumbre.
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