El Ministerio de Defensa de Ucrania confirmó en la jornada de ayer que su Fuerza Aérea continúa reforzando sus capacidades con la llegada de una nueva tanda de cazas F-16 Fighting Falcon cedidos por los Países Bajos. La noticia se dio el mismo día que el Ministro de Defensa de Francia, Sébastien Lecornu, hizo oficial la entrega de los primeros cazas Mirage 2000-5 las fuerzas ucranianas.
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La incorporación de esta nueva partida de cazas F-16 Fighting Falcon obedece a la iniciativa impulsada por Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Bélgica para entregar a Ucrania más de 65 aviones de combate y equipamiento asociado. El proyecto, oportunamente aprobado por Estados Unidos, también contempla el entrenamiento de pilotos y técnicos ucranianos, trabajo que fue y es realizado con el apoyo de varios países aliados, entre ellos el Reino Unido.
Países Bajos no solo se comprometió a entregar más de 24 cazas F-16 Fighting Falcon provenientes de sus stocks, sino que también puso en marcha contratos para la adquisición de armamento a los fines de equipar a los aviones de combate una vez que entraran en servicio con la Fuerza Aérea de Ucrania.
Vale recordar que Ucrania incorporó sus primeros F-16 en agosto del 2024, hito que no estuvo librado de obstáculos y desafíos. Uno de los primeros impedimentos que se tuvo que sortear fue la reticencia de Estados Unidos de autorizar la entrega de los mencionados cazas, pese a la insistencia de países aliados como Países Bajos, Dinamarca y Noruega. Pese a que los aviones de combate son propiedad de las naciones europeas, Washington mantiene el veto respecto a su destino en caso de ser vendidos o cedidos a un tercer país. Así fue el caso de Ucrania, por lo que la iniciativa comenzó a traccionar una vez que la administración Biden y el Congreso dieron luz verde.
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Otro de los inconvenientes fue el proceso de adaptación y entrenamiento de las tripulaciones ucranianas, trabajo que fue llevado adelante por países europeos y Estados Unidos. Sin embargo, ante la necesidad de contar con los cazas y sus tripulaciones, los cursos fueron realizados de manera acelerada, recortando considerablemente su duración. Diversos reportes coincidieron que esta situación estaba lejos de ser la ideal, sumado a la falta de experiencia de horas de operación que necesitan pilotos y personal técnico para dominar el sistema de armas F-16.
Pese a estas dificultades iniciales, y a la pérdida prematura de uno de sus F-16, la Fuerza Aérea de Ucrania no solo parece haberse adaptado a la situación bajo extremas circunstancias, sino que con el paso del tiempo continúa reforzando sus capacidades para hacer frente a las amenazas rusas. Los F-16 y Mirage 2000-5 permitirán mejorar la defensa aérea local, y posiblemente, serán vectores para realizar ataques de largo alcance contra objeticos estratégicos en la profundidad de Rusia.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: Koninklijke Luchtmacht
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