Golpe y contragolpe: crisis entre EE. UU., Colombia y China

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El fin de semana dejó algunas pistas sobre el devenir de la relación de Estados Unidos con América Latina y China. En cierto punto, el gobierno de Trump golpeó y fue golpeado. En el primer escenario, los EE. UU. utilizaron de manera directa las herramientas de política comercial y financiera para “reorientar” la conducta de Colombia respecto a los migrantes. En el segundo escenario, Estados Unidos y su sector tech asociado a la IA vieron cómo una empresa china, con muchos menores costos y recursos, logró asemejar su LLM (large language model, por sus siglas en inglés) a los referentes del ecosistema estadounidense.

De esta manera, a mediano plazo China golpeó con DeepSeek y ganó un aliado: Colombia. Respecto al primer punto, el gobierno chino, muy criticado por su aletargada recuperación económica postcrisis inmobiliaria, impactó en el principal orgullo de los EE. UU.: su ecosistema tech de IA. Lo importante para esta columna es el hecho de que las restricciones impuestas por el gobierno de los EE. UU. a China, para adquirir insumos clave como las GPU de Nvidia, no lograron surtir efecto. Al final, ganó la innovación tecnológica. China optimizó los recursos disponibles para asemejar sus desarrollos a empresas que gastan miles de millones de dólares, por un costo mucho menor. Por otro lado, no solo aparece un competidor, sino que ese competidor amenaza el modelo de negocios. OpenAI, X, Meta, Alphabet, Microsoft y las startups invierten millones con el fin de recuperarlos en el mediano y largo plazo. Ese mediano y largo plazo está asociado a construir un modelo de negocios, con planes que permitan rentabilizar el esfuerzo hecho por años. Recientemente, OpenAI publicó su plan Pro que permite mayores funcionalidades a la hora de usar el modo o1-pro. 

En cambio, DeepSeek es open source y gratuito. Rompe totalmente con las proyecciones financieras y el optimismo en el mercado respecto a la IA. En términos políticos, es muy probable que los principales referentes del ecosistema estadounidense presionen a la administración republicana por beneficios propios y obstáculos a los competidores chinos: ¿se logrará crear una Gran Cortina de IA? Ese es el gran interrogante a futuro.

Dentro del espectro teórico de la Economía Política Internacional, hubo un gran debate respecto al rol del Estado frente a otros actores económicos. Robert Gilpin defendió la centralidad del Estado, Susan Strange la difusión del poder en otros actores económicos. Posiblemente, estemos frente a un fenómeno dual. Desde el lado de los servicios y la IA, la innovación tecnológica permite que las empresas y privados tengan mayor potestad de poder. Sin embargo, la producción de bienes depende en gran medida de las políticas económicas. Y si hay medidas que los afecten, la capacidad de adaptarse es menor que los servicios.

Colombia es un ejemplo de ello. Estados Unidos ejerció, de manera directa, su rol de potencia continental, y aprovechó la dependencia colombiana respecto al porcentaje de sus exportaciones que van a Norteamérica. Ante un “socio indisciplinado” desde la perspectiva republicana, es menester aplicar una batería de sanciones para que vuelva a su “rectitud”. En términos internacionalistas, un ejemplo de política exterior realista utilizando herramientas comerciales. El caso colombiano es importante para sentar precedentes. En primer lugar, encuadrando a un aliado histórico con base en las preferencias norteamericanas. En segundo lugar, realineando el comportamiento de un líder progresista, en las antípodas del pensamiento de Trump. Los beneficios para los EE. UU. fueron claros, principalmente al mostrar firmeza en sus primeros días. Esto generó identificación con su base electoral. A nivel global, y continental, significa una clara línea roja. Pero en términos estratégicos, el gobierno chino gana un nuevo aliado. Los mensajes en X de Petro reflejan este comportamiento. “BRICS”, siendo uno de los más destacados.

De manera intencionada con DeepSeek, China logró posicionarse como competidor directo, cuando parecía relegado en las discusiones. Sin mover ningún hilo, debido al impasse Trump-Petro, el gobierno chino logró un aliado en el mediano plazo. Va a ser interesante la respuesta republicana frente a la caída de los mercados. ¿Dejará que las empresas estadounidenses innoven, intervendrá con sanciones, o harán un mix? El silencio del gobierno llama la atención, y posiblemente estén estudiando el proceso de desarrollo en IA de China, como las respuestas a partir de esos insights.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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