Tras el enfrentamiento entre Donald Trump y Gustavo Petro, EE.UU. y Colombia evitaron una posible guerra comercial con un acuerdo para permitir que aviones militares estadounidenses transporten migrantes deportados de regreso a territorio colombiano. Este entendimiento, anunciado por la Casa Blanca el domingo, dejó en suspenso una serie de sanciones económicas y comerciales que el presidente Donald Trump había amenazado con imponer si Colombia no aceptaba los vuelos.
“El Gobierno de Colombia ha aceptado todos los términos del presidente Trump, incluida la aceptación sin restricciones de todos los extranjeros ilegales de Colombia que regresen de Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses”, señaló un comunicado oficial de la Casa Blanca. En contrapartida, los proyectos de aranceles del 25% a productos colombianos y las sanciones financieras quedaron suspendidos, aunque la amenaza sobre la posibilidad de reactivarse si el acuerdo no se cumple, persiste.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, confirmó el acuerdo, indicando que se superó el “impasse” con EE.UU. y que “el Gobierno de Colombia tiene listo el avión presidencial para facilitar el retorno de los colombianos”. Aunque no se mencionaron explícitamente los vuelos militares, el anuncio no contradijo la postura estadounidense. Murillo y el embajador colombiano viajarán próximamente a Washington para dar seguimiento a los acuerdos.
EE.UU. es un socio comercial clave para Colombia
Este entendimiento subraya la importancia de la relación comercial entre ambos países: Colombia es el tercer socio comercial de Washington en América Latina. Mientras que Estados Unidos es el principal socio comercial del país sudamericano, con un intercambio bilateral que en 2023 alcanzó los 33.800 millones de dólares.
De acuerdo a declaraciones de Alejo Czerwonko, director de inversiones de UBS Global Wealth Management, a Reuters, cerca del 4% del PIB colombiano depende de estas exportaciones. Por esta razón, el gobierno colombiano buscó evitar las sanciones que habrían puesto en riesgo este vínculo.
La política migratoria de Trump generó rechazo en la región
El acuerdo ocurre en el marco de una política migratoria más agresiva impulsada por Donald Trump, quien declaró a la inmigración ilegal como una emergencia nacional el día mismo de su asunción. Además de las medidas contra Colombia, Trump ejerció presión sobre México y Guatemala para aceptar vuelos similares, aunque ambos países rechazaron dichas solicitudes.
“Los acontecimientos de hoy dejan claro al mundo que Estados Unidos vuelve a ser respetado. El presidente Trump… espera que todas las demás naciones del mundo cooperen plenamente para aceptar la deportación de sus ciudadanos que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos”, afirma el comunicado de la Casa Blanca. Brasil, por su parte, denunció el “trato degradante” hacia sus migrantes en vuelos de deportación recientes, destacando la controversia internacional en torno a estas políticas.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, convocó el domingo a sus homólogos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a una reunión “urgente” para hablar de los problemas migratorios. A través de su cuenta oficial de X, la líder hondureña escribió: “Convoco con carácter urgente a una reunión de presidentes y jefes de Estado; próximo jueves 30 de enero”. Según el gobierno hondureño, en la reunión de la CELAC se espera abordar los temas de “migración”, “unidad latinoamericana y caribeña” y “medio ambiente”. A la reunión ya confirmó su participación de manera presencial el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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