En las últimas 24 horas, la situación en la República Democrática del Congo se ha tornado insostenible; las tensiones aumentan minuto a minuto luego de que la ofensiva del grupo rebelde M23 dejara sin vida a 13 soldados sudafricanos, malawianos y uruguayos. Los ataques, localizados alrededor de Goma, tomaron crítica la situación del país, que llevó a cortar su relación con Ruanda.
La insurgencia del M23 lleva tres años en el este del Congo, pero ha intensificado sus operaciones en los últimos días. El control del territorio por parte del grupo se hace cada vez más notorio, abriendo fuego contra soldados de misión de paz en el país y cualquier otro movimiento que se avecine.
En este contexto, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) anunció la evacuación y reubicación de su personal no esencial fuera de la ciudad de Goma luego de que el Ejército de Uruguay confirmara la muerte de un soldado de su país miembro de la misión. Asimismo, nueve soldados sudafricanos fallecieron luego del fuego cruzado con el M23, según informaron las Fuerzas Armadas de Sudáfrica.
El M23 emitió un ultimátum a las Fuerzas Armadas de la RDC presentes en Goma, instándolas a deponer las armas en un plazo de 48 horas para evitar que la ciudad de convierta “en un campo de batalla”. No obstante, la RDC optó por romper lazos diplomáticos con Ruanda por “alimentar el conflicto” al apoyar al grupo rebelde.
Según lo declarado por el portavoz del ejército congoleño, General Sylvain Epenge, se ha amenazado a Ruanda con una “guerra total” si no deja de apoyar la ofensiva actual del M23. Asimismo, la ONU advirtió sobre la posible expansión del conflicto y sus consecuencias, convocando una reunión del Consejo de Seguridad para este domingo para abordar la situación.
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