El presidente Donald Trump ha ordenado a la jefatura de la NASA eliminar todas las iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), y de poner fin a cualquier programa relacionado.
Evidentemente, la agencia espacial no es inmune al impacto de la nueva administración. Esta medida forma parte de una estrategia federal para reestructurar las políticas de Estados Unidos y priorizar el mérito sobre la diversidad en el gobierno.
El impacto en la NASA: Adiós a las oficinas de DEI
Esta semana, Janet Petro, administradora interina de la NASA, envió un memorando a los empleados instruyéndoles a cerrar todas las oficinas relacionadas con DEI.
El correo electrónico reconoce posibles esfuerzos subversivos para eludir esta directiva, y ofrece un período de amnistía de diez días para que los empleados reporten cualquier incumplimiento. Una vez finalizado este período, advierte el comunicado, no acatar las órdenes “podría resultar en consecuencias adversas”.
El correo de Petro fue redactado siguiendo las directrices establecidas por la Oficina de Gestión de Personal (OPM) de los Estados Unidos.
En un memorando dirigido a los jefes de departamentos y agencias gubernamentales, el director interino de la OPM, Charles Ezell, ordenó informar al personal sobre los cierres y eliminar cualquier referencia a DEI en comunicaciones y contenido público antes del 22 de enero. El circular incluía un anexo con el mensaje exacto enviado a los empleados de la NASA.
Además, las agencias deben presentar, para fin de mes, planes para reducir su personal relacionado con DEI y entregar listas de contratos o descripciones de puestos modificados después del 5 de noviembre de 2024 vinculados a estos programas.
Una agenda más amplia: Cambios en toda la administración federal
La NASA no es la única afectada. Organizaciones como la Reserva Federal y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) también han recibido instrucciones similares. Con un plazo de 60 días para cumplirlas, estas directrices generalizadas sugieren una transformación radical en la burocracia federal.
Además, el alcance de las medidas incluye la revocación de políticas históricas, como la orden de Lyndon Johnson que promovía medidas proactivas contra la discriminación en la contratación federal.
“Discriminación inversa”: El argumento detrás de las medidas
Según el gobierno de Trump, los programas DEI generan división entre los estadounidenses y promueven prácticas que consideran discriminatorias. El presidente argumenta que estas iniciativas contradicen el principio de mérito, y que su eliminación fomentará una competencia más justa basada en habilidades individuales.
Entre las órdenes ejecutivas clave se encuentran la “Eliminación de Programas Radicales y Derrochadores de DEI del Gobierno y Preferencias” y la “Rescisión Inicial de Órdenes Ejecutivas y Acciones Dañinas”, diseñadas para erradicar lo que la Casa Blanca califica como “un inmenso desperdicio público y una vergonzosa discriminación”.
“Estos programas dividieron a los estadounidenses por raza, desperdiciaron dólares de los contribuyentes y resultaron en una discriminación vergonzosa”, afirma el memorando oficial distribuido a las agencias federales.
Congelación de contrataciones en la NASA: el impacto humano de las nuevas políticas
El impacto de la nueva administración en la NASA va más allá del cierre de sus oficinas de DEI. Una congelación de contrataciones federales ha paralizado el proceso de selección para cientos de candidatos que aspiraban a un puesto en la agencia, reconocida como el Mejor Lugar para Trabajar en el Gobierno Federal durante 12 años consecutivos.
Esta semana, tras meses de espera, uno de esos aspirantes recibió un correo informándole que el puesto al que había aplicado ya no sería ocupado.
“Siempre quise trabajar para la NASA desde que era niño, y perder mi primera gran oportunidad de esta manera es totalmente decepcionante”, expresó. “Cuando llegó el correo, pensé que sería una actualización sobre una entrevista. En cambio, fue un anuncio sobre la cancelación del proceso. Yo y más de 1.400 aplicantes perdimos la oportunidad de una carrera increíble”.
Críticas y preocupaciones: ¿Retroceso en la igualdad?
“Es aterrador. Pensamos que la NASA lucharía contra esto” declararon empleados de la agencia.
La transición de la agencia espacial hacia un segundo mandato de Trump está siendo sorprendentemente fluida. De hecho, el sitio web de la Oficina de Diversidad e Igualdad de Oportunidades (ODEO) de la NASA, y páginas asociadas, ya han sido eliminados.
En 2021, mientras se desempeñaba como directora del Centro Espacial Kennedy (KSC), Petro reflejó en una entrevista la visión de la ODEO.
“Uno de los objetivos es garantizar un entorno de inclusión, donde todos tengan voz y puedan expresar sus opiniones”, había comentado la actual jefa interina. “He mentoreado a numerosas minorías a lo largo de sus trayectorias profesionales y, como directora, estoy comprometida a liderar al KSC hacia un entorno diverso e inclusivo”.
Las declaraciones de ese entonces también afirmaban que todo el equipo de liderazgo de la NASA respaldaba este compromiso. Ahora, sin embargo, parece que los compromisos han cambiado.
Por su parte, grupos defensores de derechos civiles han expresado su preocupación, argumentando que estas decisiones podrían revertir décadas de progreso en representación y equidad.
Además, sindicatos de empleados federales también han señalado que eliminar los programas DEI podría afectar la diversidad en las contrataciones y ascensos.
¿Qué sigue para la NASA y otras agencias?
El futuro de la NASA se encuentra en una encrucijada marcada por las nuevas políticas federales y los ambiciosos objetivos de exploración espacial.
Por un lado, la eliminación de iniciativas de diversidad e inclusión ha planteado preguntas sobre el impacto en la cultura organizacional de la agencia.
Estas políticas no solo buscaban crear un entorno más inclusivo, sino también atraer a una fuerza laboral diversa y altamente calificada, fundamental para resolver los complejos desafíos de la exploración espacial.
Sin estos programas, expertos temen una posible fuga de talento y una reducción en las perspectivas innovadoras que provienen de equipos diversos.
Por otro lado, a pesar de las críticas hacia estas medidas, Trump ha destacado los esfuerzos espaciales como una prioridad nacional. Durante su discurso inaugural, afirmó que Estados Unidos “perseguirá su destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas para plantar la bandera estadounidense en Marte”.
La NASA y su cambio de paradigma interno
La transición a una nueva administración en la NASA deja abierta la puerta a posibles revisiones en programas clave como Artemisa, que promueve la inclusión al anunciar la misión de llevar a la primera mujer y la primera persona de color a la Luna.
Con la llegada de Jared Isaacman como nuevo director, se anticipan cambios en la dirección de la agencia, en particular en términos tecnológicos y presupuestarios.
Tal como está, el Programa Artemisa depende del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés). Este cohete, utilizado en el lanzamiento de Artemisa I, es ampliamente criticado por ser demasiado costoso, sufrir retrasos recurrentes y consumir recursos gubernamentales.
Si bien la NASA cuenta con el desarrollo de alternativas más económicas como Starship de SpaceX, ya contratada para Artemisa III, los retrasos en el desarrollo operativo de la nave reutilizable de Elon Musk y en las misiones Artemisa II y III han alimentado especulaciones sobre el futuro del SLS y el propio Programa Artemisa.
De cualquier forma, el éxito de los proyectos vigentes y futuros de la NASA dependerá no solo del presupuesto asignado, sino también de la capacidad de la agencia para adaptarse a un entorno laboral menos diverso y, potencialmente, más fragmentado.
En este contexto, otras agencias espaciales, como la ESA o CNSA, podrían aprovechar la oportunidad para destacar en áreas donde la inclusión y la innovación sean vistas como pilares estratégicos.
La exclusión como estrategia: La tendencia global hacía políticas anti-diversidad y su impacto en la tecnología y la innovación
Las medidas adoptadas por la administración Trump en Estados Unidos encuentran ecos en varios países con gobiernos liberales emergentes.
Tal es el caso de Argentina bajo el liderazgo de Javier Milei que, desde su asunción, ha promovido un enfoque que minimiza las políticas de inclusión y diversidad en áreas clave, incluyendo la ciencia y la tecnología. Un ejemplo es la disolución en 2023 del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.
Sin embargo, a diferencia de Trump, el gobierno argentino tampoco parece apostar al desarrollo tecnológico para su establecimiento como nación científica soberana. Algunas de las medidas más controversiales incluyen la reducción de presupuestos para instituciones públicas de investigación y desarrollo, como el CONICET, y la eliminación de ministerios estratégicos, como el de Ciencia y Tecnología.
En el ámbito espacial, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) enfrenta incertidumbres presupuestarias y la posible interrupción de proyectos que dependen de la cooperación internacional y de una fuerza laboral diversa y calificada.
El impacto las medidas anti-diversidad en el sector tecnológico se extiende más allá de la investigación. La falta de incentivos para promover la inclusión de talento diverso en áreas STEM podría limitar la innovación en tecnologías críticas como satélites de observación, lanzadores espaciales y herramientas de análisis de datos, áreas donde la diversidad de perspectivas ha demostrado ser fundamental para soluciones innovadoras.
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