Tras asumir la presidencia en Estados Unidos el pasado 20 de enero, Donald Trump amenazó con imponer mayores sanciones económicas a Rusia si no se logra un acuerdo que termine la guerra en Ucrania.
La amenaza de Trump de imponer sanciones contra Rusia
“Si no llegamos a un ‘trato’, y pronto, no tendré otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a todo lo que Rusia venda a los Estados Unidos y a otros países participantes”, publicó Trump en Truth Social. “¡Terminemos con esta guerra, que nunca habría comenzado si yo fuera presidente! Podemos hacerlo de la manera fácil o de la manera difícil, y la manera fácil siempre es mejor”, agregó el mandatario.
El presidente había manifestado en diversas ocasiones que sería capaz de finalizar la guerra en Ucrania en un solo día si obtuviera un segundo mandato en la Casa Blanca. El mensaje del miércoles dejó ver la intención de Trump de emplear medidas económicas contundentes contra Rusia, similares a las amenazas que ha dirigido a aliados de Estados Unidos como México y Canadá en el pasado, en caso de que no se plieguen a sus demandas.
Esta declaración representa el esfuerzo más directo y visible de Trump para buscar el fin del conflicto en Ucrania. Sin embargo, también subrayó su interés en mantener buenas relaciones con Rusia. Al respecto, el presidente estadounidense escribió “Amo al pueblo ruso y siempre tuve una muy buena relación con el presidente Putin”.
El impacto de las sanciones estadounidenses contra la economía rusa
No obstante, con las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia debilitadas desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, la efectividad de las amenazas arancelarias de Trump resulta incierta. Según datos de la Oficina del Censo, en 2024 Rusia exportó aproximadamente 2.900 millones de dólares en bienes a Estados Unidos, cifra significativamente menor a los 29.600 millones de dólares de 2021, antes del inicio del conflicto en Ucrania.
A pesar de ello, Estados Unidos ha afectado significativamente a la economía rusa mediante sanciones generalizadas, muchas de ellas replicadas por otros países. Estas incluyen esfuerzos para limitar el precio del petróleo exportado por Rusia y la exclusión de bancos rusos del sistema de pagos internacionales SWIFT.
Aunque Rusia logró evitar un colapso económico al adaptarse a las sanciones y transformarse en una economía enfocada en la guerra, nuevas medidas podrían incrementar la presión justo en un momento en que las bases económicas de Moscú muestran signos de debilidad. En los últimos meses, la economía rusa ha enfrentado una inflación persistentemente alta, escasez de mano de obra y tasas de interés históricas del 21%.
¿Que sanciones económicas podría aplicar Trump contra Rusia?
Una estrategia clave que podría adoptar Trump sería imponer sanciones adicionales al sector petrolero ruso, incluyendo a importantes empresas como Rosneft y Lukoil. Cabe recordar que, durante los últimos días de la administración Biden, se establecieron sanciones contra dos grandes productores de petróleo rusos.
Este tipo de medidas afectarían directamente a la industria petrolera, la cual ha sido crucial para sostener la capacidad de Moscú de financiar la guerra. En los últimos años, los ingresos derivados del petróleo y el gas han representado entre un tercio y la mitad del presupuesto federal ruso.
Adicionalmente, Trump podría recurrir a sanciones dirigidas a terceros países, incluyendo refinerías chinas que adquieren petróleo ruso o puertos indios que lo reciben. También podrían añadirse a la lista negra bancos que gestionen pagos rusos en China y otros países, dificultando aún más la capacidad de Rusia para costear importaciones, lo que agravaría la inflación.
Rusia prioriza sus intereses geopolíticos a pesar de los costos económicos
A pesar de esto, algunos analistas señalan que los objetivos geopolíticos de Putin son prioritarios frente a la estabilidad económica, lo que limita el impacto de nuevas sanciones.
“Cualquier tipo de sanciones traerá dolor y aumentará los costos para la economía, pero es poco probable que hagan que Putin cambie sus objetivos en Ucrania”, comentó Alexandra Prokopenko, exfuncionaria del banco central ruso y actual integrante del Centro Carnegie Rusia Eurasia en Berlín.
A pesar del creciente número de pérdidas en combate y las crecientes presiones económicas contra Rusia, Moscú parece decidido a continuar con la guerra, respaldado por avances graduales de sus tropas en Ucrania. Además, las exigencias rusas para poner fin al conflicto permanecen inalteradas: el reconocimiento de los territorios que Moscú considera anexados, la desmilitarización del ejército ucraniano y un compromiso de Ucrania de mantener una postura de neutralidad en el futuro.
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