La llegada de Donald Trump al poder de Estados Unidos ha sido un tema debatido con fuerza entre los estados europeos, no solo por lo que significa el país norteamericano en el tablero del poder internacional, sino que también por el peso que tiene en términos militares. En ese marco, el presidente francés, Emmanual Macron, pidió en el día de ayer que Europa “se despierte” y gaste más en defensa para reducir la dependencia de Estados Unidos.
Hace ya varios años, Donald Trump ha apoyado fervientemente la idea de que los países europeos logren destinar al menos un 5% de su PBI en defensa, una cuestión que ha suscitado más de una opinión en contra. A pesar de ello, hace ya unos días, una nueva reunión entre los países que más invierten en defensa confirmó que la idea de alcanzar ese porcentaje estaba más lejos de lo pensado. Sujeto a este nuevo panorama, Macron se refirió a los cambios esperados en la política exterior de Washington, especialmente en relación con la guerra en Ucrania, diciendo que era una “oportunidad para una llamada de atención estratégica europea”. “¿Qué haremos mañana en Europa si nuestro aliado estadounidense retira sus buques de guerra del Mediterráneo? Si envían sus cazas del Atlántico al Pacífico?”, preguntó.
En referencia a ello, uno de los lemas de campaña de Trump fue ni más ni menos que no librar una guerra que no les pertenece, poniendo fin al conflicto y expresando que la guerra en Ucrania podría alcanzar la paz en no menos de seis meses.
Por otro lado, Macron señaló que Ucrania debe recibir garantías en caso de que la guerra vuelva a darse en su territorio, y que Europa debe “desempeñar plenamente su papel” en el proceso. Teniendo en cuenta ello, la semana pasada, , el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo que había hablado con Macron sobre la posibilidad de que tropas occidentales se desplegaran en Ucrania para salvaguardar cualquier acuerdo de paz que ponga fin a la guerra de casi tres años con Rusia.
El despliegue de las tropas francesas en Ucrania ya ha sido discutido con anterioridad con el objetivo de aumentarlas capacidades de defensa aérea y la idea de enviar un número aproximado de 40.000 soldados. Pero este último iniciativa género inmediatas divisiones entre los líderes europeos: el primer ministro polaco, Donald Tusk, expresó que Varsovia no tiene planes de unirse a dicha fuerza, mientras que el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, indicó que Berlín podría participar en asegurar un alto el fuego, aunque es prematuro definir el tipo de fuerza necesaria.
Ahora, el enfoque sería mantener la paz, tratando disuadir a Rusia de volver a atacar Ucrania en el futuro, que es lo que temen los funcionarios ucranianos, y podría arrastrar a los países europeos a un enfrentamiento directo con Moscú, como así también a la OTAN, y por ende a Estados Unidos. Queda claro que Europa esta allanando su propio camino en términos de defensa, entendiendo que podrían quedar a la deriva si desde la Casa Blanca se decide reducir el apoyo a la Alianza del atlántico de Norte.
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