Hoy, a las 3:11 a.m. (hora de Argentina), un Falcon 9 de SpaceX lanzó dos módulos lunares que marcarán un hito en la exploración espacial: Blue Ghost de Firefly Aerospace y Resilience de ispace.
Este lanzamiento marca el inicio de una serie de misiones lunares previstas para 2025, con un aterrizaje programado para el 2 de marzo.
Cargas útiles de la NASA
La misión Blue Ghost 1 incluye 10 cargas útiles de la NASA, una serie de innovadores instrumentos diseñados para avanzar en la exploración lunar.
Estos equipos fueron desarrollados por socios comerciales y académicos, entre los que se destacan las universidades tecnológicas de Texas, Maryland, Motana, Boston y Johns Hopkins, el Instituto de Investigación Southwest, las compañías Honeybee Robotics y Aegis Aerospace, y la Agencia Espacial Italiana.
El primer equipo a bordo es el LISTER, un instrumento de exploración térmica subsuperficial que funciona con tecnología de perforación neumática. Su función es la caracterización del flujo de calor del interior de la Luna, midiendo el gradiente térmico y la conductividad del subsuelo hasta una profundidad final de 3 metros.
Otro equipo destacado es el Lunar PlanetVac (LPV), un sistema de recolección de muestras de regolito lunar. Utiliza ráfagas de gas comprimido, una cámara de recolección y varios instrumentos de análisis. Cuenta con instrumentación adicional para transmitir los resultados a la Tierra.
El Next Generation Lunar Retroreflector (NGLR) es un reflector de láseres enviados desde la Tierra, para medir con precisión la distancia a la Luna. También podría recopilar datos para comprender aspectos del interior lunar y abordar preguntas de la física.
En cuanto a la interacción del regolito lunar con las superficies de los equipos en el satélite, el Regolith Adherence Characterization (RAC) evalúa la acumulación de regolito en celdas solares, sistemas ópticos, recubrimientos y sensores.
La misión también incluye el Radiation Tolerant Computer (RadPC), una computadora diseñada para operar en el entorno espacial, donde la radiación ionizante puede dañar los sistemas electrónicos. Este dispositivo es fundamental para garantizar la continuidad de las operaciones de la misión en condiciones extremas.
El Electrodynamic Dust Shield (EDS) es un innovador sistema que utiliza campos eléctricos para mover y evitar la acumulación de polvo en las superficies. Equipado con vidrios autolimpiantes y radiadores térmicos, este instrumento ayudará a mantener las superficies operativas y libres de polvo durante la misión.
El Lunar Environment Heliospheric X-ray Imager (LEXI) es un instrumento destinado a capturar imágenes de rayos X para estudiar la interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra. Estas imágenes proporcionarán las primeras vistas globales del borde del campo magnético terrestre, ampliando nuestra comprensión de las interacciones solares y terrestres.
Además, el Lunar Magnetotelluric Sounder (LMS) examinará la estructura y composición del manto lunar, ayudando a determinar su evolución térmica y geológica.
Luego, el Lunar GNSS Receiver Experiment (LuGRE) demostrará la viabilidad de adquirir y rastrear señales de sistemas de navegación por satélite, como GPS y Galileo, durante el tránsito hacia la Luna, en órbita lunar y en la superficie.
Finalmente, el Stereo Camera for Lunar Plume-Surface Studies (SCALPSS) utilizará imágenes estereoscópicas para capturar el impacto del penacho de un cohete sobre el regolito lunar durante el descenso. Este instrumento proporcionará datos sobre la interacción de los propulsores con la superficie del satélite terrestre, contribuyendo a mejorar las técnicas de alunizaje.
Cargas útiles de ispace
El módulo Resilience de ispace está basado en la plataforma de aterrizaje solar Hakuto-R, e incluye 5 cargas útiles científicas. Entre los principales desarrolladores de estos equipos se encuentran las compañías Takasago Thermal Engineering y Euglena, y la Universidad Central Nacional de Taiwán.
Uno de los equipos más destacadas es el rover Tenacious. Este vehículo compacto de 5kg lleva una cámara de alta definición y una pequeña pala para recolectar muestras de suelo. Este rover será el encargado de liderar las actividades iniciales de exploración de recursos.
Además, el Resilience lleva un experimento de electrólisis de agua, que busca demostrar la viabilidad de producir oxígeno e hidrógeno a partir de recursos lunares, y un módulo autónomo de producción de alimentos a base de algas.
También cuenta con una sonda de radiación en el espacio profundo (DSRP), que monitoreará los niveles de radiación de la Luna.
Finalmente, el módulo lleva una placa conmemorativa de la popular franquicia japonesa Gundam, un tributo simbólico al espíritu de la exploración espacial.
El Resilience también incorpora lecciones aprendidas del primer intento de alunizaje de ispace, que sufrió un accidente en 2023 debido a un error de sensor. La compañía ha corregido este problema, aumentando las probabilidades de éxito de esta misión.
Hacia el futuro de la exploración espacial
El lanzamiento de los módulos Blue Ghost y Resilience representa un avance significativo en la exploración lunar. Con una carga útil científica impresionante y diversas tecnologías innovadoras, estas misiones no solo contribuirán al conocimiento de la Luna, sino que también sentarán las bases para futuras misiones humanas a la superficie lunar, Marte y más allá.
El 2 de marzo marcará un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial. El éxito de estas misiones podría abrir la puerta a una era de descubrimientos que cambiarán nuestra comprensión del cosmos.
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