Finalizada la cumbre de los aliados de la OTAN en el Mar Báltico, celebrada en Helsinki el pasado martes, los países bálticos de la alianza emitieron un comunicado conjunto sobre sus preocupaciones y posibles respuestas grupales a los intentos de sabotajes y ataques a infraestructuras críticas en el continente. “Nos preocupan profundamente las acciones, ya sean negligentes o malintencionadas, que causan daños o amenazan el funcionamiento de infraestructuras submarinas críticas. Condenamos enérgicamente los actos de sabotaje contra infraestructuras submarinas críticas”, detalla el documento.
Frente a esta situación, los países afirmaron estar “decididos a disuadir, detectar y contrarrestar cualquier intento de sabotaje”. Además, subrayaron que cualquier ataque contra sus infraestructuras será “respondido con firmeza y determinación”. “Estamos preparados para atribuir las acciones hostiles cometidas por actores malignos, según proceda”, concluye.
El comunicado fue firmado por los mandatarios de Finlandia, Estonia, Alemania, Letonia, Lituania, Polonia y Suecia. El mismo fue emitido en presencia del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, y de la Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión Europea, Henna Virkkunen.
“Seguimos reforzando nuestra disuasión y defensa, modernizando nuestras capacidades y reconociendo la urgente necesidad de aumentar el gasto en defensa para abordar y contrarrestar las cambiantes amenazas a la seguridad”, reza el documento que, además, destaca el trabajo realizado hasta el momento para “desplegar soluciones innovadoras”. Los países bálticos afirmaron que se encuentran desarrollando nuevas tecnologías de vigilancia y seguimiento junto al sector privado, con el objetivo de actuar individual y colectivamente para proteger las infraestructuras submarinas críticas.
Puntualizando en que “la lucha contra la rotura de cables y tuberías submarinos representa un problema mundial”, los países de la OTAN hicieron hincapié en el accionar de Rusia. Destacaron que su “flota en la sombra” es una amenaza para la seguridad marítima del Báltico y que estas prácticas genera amplios riesgos también para el medioambiente.
“Estamos tomando medidas enérgicas para hacer frente a estas amenazas. Nos reservamos el derecho, de conformidad con el Derecho internacional, de actuar contra cualquier buque sospechoso de eludir las sanciones y amenazar nuestra seguridad, nuestras infraestructuras y el medio ambiente. Alentamos una mayor cooperación entre la UE y la OTAN para responder a las amenazas causadas por las actividades imprudentes de los buques que sirven al flujo de carga ruso”, concluye.
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