Brasil ha denunciado condiciones de esclavitud luego de encontrar el deplorable estado de 163 trabajadores chinos en una fábrica de la empresa china BYD. Ahora, los trabajadores chinos del productor chino de vehículos eléctricos BYD, están siendo considerados víctimas de trata de personas, según informaron el jueves las autoridades laborales brasileñas.
Esclavitud en una fábrica de BYD en Brasil
BYD y la empresa contratista Jinjiang Group han acordado brindar asistencia y alojamiento en hoteles a los 163 trabajadores afectados mientras se negocia una resolución para finalizar sus contratos, indicó la Fiscalía del Trabajo de Brasil en un comunicado tras reunirse con representantes de ambas empresas.
El lunes, Jinjiang negó las afirmaciones de las autoridades brasileñas de que los empleados en el sitio, ubicado en el estado de Bahía, trabajaban en “condiciones similares a la esclavitud”. En una publicación en redes sociales, que fue compartida por un portavoz de BYD, Jinjiang afirmó que la calificación de los trabajadores como “esclavizados” era incorrecta, atribuyendo el problema a errores de traducción y malentendidos.
Inicialmente, BYD había anunciado que había roto vínculos con Jinjiang. Sin embargo, posteriormente, un ejecutivo de BYD acusó a “fuerzas extranjeras” y a ciertos medios chinos de “difamar deliberadamente las marcas chinas y al país, además de socavar la relación entre China y Brasil”.
¿Qué ocurrirá con las empresas chinas en Brasil?
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China informó el viernes que ha estado en contacto con las autoridades brasileñas para verificar los hechos, subrayando que China defiende los derechos laborales y exige que las empresas chinas cumplan con la normativa legal vigente.
Aunque un acuerdo podría eximir a BYD y Jinjiang de una investigación laboral, ambas compañías aún podrían estar sujetas al escrutinio de inspectores laborales y fiscales federales, quienes han solicitado pruebas para considerar posibles acciones en el ámbito penal, según el comunicado.
La fábrica, diseñada para producir 150.000 vehículos en una primera etapa, forma parte de los planes de BYD para iniciar la producción en Brasil a principios del próximo año. En los primeros 11 meses de 2024, Brasil representó cerca del 20% de las ventas internacionales de BYD. Este proyecto industrial se ha convertido en un emblema de la creciente presencia de China en Brasil y en un ejemplo de los lazos más estrechos entre ambos países. BYD ha invertido 620 millones de dólares para establecer el complejo fabril en Bahía.
Cómo el caso de esclavitud podría afectar la relación entre China y Brasil
Las denuncias de irregularidades en Bahía podrían convertirse en un punto crítico para las relaciones bilaterales. Brasil, que ha buscado incrementar la inversión china, enfrenta desafíos con el modelo chino de desplazar trabajadores desde su país de origen, lo cual complica los esfuerzos locales por generar empleo, una prioridad para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El caso también genera una atención indeseada sobre BYD, que se encuentra en plena expansión global tras consolidarse como líder en China, el mayor mercado automotriz del mundo, donde domina más de un tercio del segmento de vehículos eléctricos e híbridos enchufables. BYD, que este año podría superar en ventas globales a Ford y Honda, ha llevado a cabo una expansión sin precedentes, aumentando su capacidad de producción y contratando masivamente. En septiembre, la compañía contaba con cerca de un millón de empleados.
Aunque más del 90% de sus ventas aún se concentran en China, BYD ha estado construyendo plantas de vehículos de pasajeros en países como Hungría, México, Tailandia, Uzbekistán y Brasil, enfocándose en abastecer a sus principales mercados internacionales y reforzando sus inversiones en marketing en el extranjero.
Autoridades brasileñas inician investigación sobre la fábrica china
Jinjiang, por su parte, también realiza construcciones para BYD en China, de acuerdo con la base de datos Tianyancha, que recopila información sobre empresas chinas. El caso ha desatado críticas inusuales contra BYD en las redes sociales chinas, alimentando un debate sobre los derechos laborales. Muchos usuarios señalaron que las condiciones de vida de los trabajadores en Brasil reflejan prácticas comunes en los proyectos de construcción en China.
Los fiscales brasileños publicaron videos de las viviendas de los trabajadores, donde se observaban literas sin colchones. Denunciaron que los empleados realizaban jornadas extremadamente largas, a veces trabajando los siete días de la semana, en condiciones calificadas como degradantes.
En Brasil, el término “condiciones análogas a la esclavitud” abarca no solo el trabajo forzado, sino también las condiciones laborales degradantes, las jornadas prolongadas que ponen en riesgo la salud, la servidumbre por deudas y cualquier actividad que atente contra la dignidad humana.
El conocido comentarista chino Hu Xijin, exeditor del tabloide Global Times, respaldó la postura de Jinjiang al señalar posibles malentendidos, pero enfatizó que las empresas de construcción chinas deben mejorar las condiciones de vida de sus empleados.
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