A pesar de que las fuerzas de la milicia marítima, también conocidos como grupos de civiles militarizados de China, no están desempeñando un papel preponderante en la campaña de presión contra Taiwán, su presencia no está completamente ausente en este escenario estratégico, reveló un reciente artículo de The Diplomat. En los últimos años, una de las características más novedosas de la campaña de presión “multidominio” de Pekín contra Taiwán ha sido la incorporación de las fuerzas de la Guardia Costera como elementos de cohesión.
Tradicionalmente, las acciones de presión de la República Popular China (RPC) en el estrecho se apoyaban casi exclusivamente en las diversas ramas del Ejército Popular de Liberación (EPL), especialmente la Armada, la Fuerza Aérea y las Fuerzas de Misiles. Sin embargo, en agosto de 2022, tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, China desplegó un patrullero de 6.600 toneladas de la Guardia Costera en el estrecho como parte de una respuesta operativa más amplia.
Desde entonces, los patrullajes de buques de la Guardia Costera China en las aguas alrededor de Taiwán y sus islas periféricas han sido constantes, con el claro objetivo de socavar la soberanía de Taipei y amenazar su seguridad. Estos movimientos han sido catalogados como operaciones de “zona gris”, un término que sugiere paralelismos con el comportamiento de China en el Mar de China Meridional. Sin embargo, en el caso de Taiwán, la participación de la milicia marítima china, un actor clave en las estrategias de la zona gris en el Mar de China Meridional, parece ser mínima o inexistente.
La paradoja de la milicia marítima
En el Mar de China Meridional, la milicia marítima es un instrumento central de la política china, operando bajo el disfraz de embarcaciones pesqueras civiles. Estas fuerzas cumplen múltiples funciones, desde reafirmar la presencia china en aguas en disputa hasta bloquear físicamente el acceso de embarcaciones extranjeras. No obstante, en el estrecho de Taiwán, el papel de estas unidades parece estar reducido, aunque no completamente descartado.
La pregunta clave es: ¿por qué China no está utilizando a la milicia marítima en esta región de la misma manera que en el Mar de China Meridional? ¿Es una cuestión de disponibilidad de fuerzas, o responden a cálculos estratégicos diferentes?
Fujian: un bastión de la milicia marítima
Una hipótesis sugiere que China podría carecer de unidades de milicia experimentadas en el teatro del estrecho de Taiwán. Sin embargo, la provincia de Fujian, frente a Taiwán, alberga una gran industria pesquera y cuenta con una red bien organizada de milicias marítimas, que combina recursos civiles y militares. Estas unidades están preparadas para operar en las aguas del estrecho, y su capacidad organizativa se asemeja a la de sus contrapartes en el Mar de China Meridional.
Por ejemplo, en Lianjiang, cerca del estratégico grupo de islas Matsu, ha priorizado la construcción de milicias marítimas como parte de sus planes de desarrollo militar-civil. Estas fuerzas, respaldadas por estructuras civiles y militares locales, están equipadas para asumir misiones complejas, incluyendo patrullajes y operaciones en aguas sensibles.
Diferentes teatros, diferentes estrategias
La ausencia de un papel destacado de la milicia marítima en el estrecho de Taiwán puede explicarse por las diferencias operativas entre este y el Mar de China Meridional. En el estrecho, las operaciones se realizan en un espacio más reducido y cercano a China continental, lo que permite a la guardia costera cubrir la mayoría de las necesidades de presencia y coerción sin recurrir a fuerzas auxiliares. Además, las embarcaciones de la milicia marítima, con su estatus ambiguo y falta de armamento visible, podrían no ser efectivas para los objetivos específicos que China persigue contra Taiwán, como proyectar poder y autoridad.
Perspectivas futuras
Aunque la milicia marítima no está desempeñando un rol protagónico en la campaña contra Taiwán, su potencial como recurso estratégico no debe subestimarse. En escenarios de escalada, estas fuerzas podrían ser movilizadas para operaciones más intensivas, como bloquear el tráfico marítimo taiwanés o crear incidentes que sirvan de pretexto para acciones militares más agresivas.
La evolución de este componente en el arsenal estratégico de Pekín dependerá de las necesidades operativas y los objetivos políticos en el estrecho, pero lo que es seguro es que las unidades están disponibles y listas para ser desplegadas cuando se requiera.
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