Diplomáticos de Estados Unidos realizaron una visita a Damasco para establecer contacto directo con los nuevos líderes de facto de Siria, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), este viernes. Esta es la primera visita oficial de representantes de Washington desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, en un intento por evaluar las intenciones de HTS respecto al futuro político que le depara a dicho país.
La delegación, encabezada por Bárbara Leaf, principal diplomática del Departamento de Estado para Oriente Medio, Roger Carstens, enviado presidencial para Asuntos de Rehenes, y Daniel Rubinstein, asesor principal para Siria, busca definir principios fundamentales para la transición política del país. Entre los temas abordados destacan la inclusión, el respeto a los derechos de las minorías y la posibilidad de una apertura democrática.
“Estamos evaluando si HTS se mantendrá en un estricto régimen islámico o si mostrará flexibilidad para avanzar hacia la democracia”, señaló un portavoz del Departamento de Estado a Reuters. La visita también incluye un esfuerzo renovado por esclarecer el paradero de ciudadanos estadounidenses desaparecidos en Siria, incluido el periodista Austin Tice, secuestrado en 2012 durante el régimen de al-Assad.
Además, se programaron reuniones con miembros de la sociedad civil y líderes comunitarios para recoger perspectivas diversas sobre el futuro del país. Sin embargo, una conferencia de prensa planificada fue cancelada por razones de seguridad, según un comunicado emitido en nombre de Leaf.
¿Estados Unidos redefinirá su rol en Siria?
En paralelo, los gobiernos occidentales están reconsiderando la designación de HTS como grupo terrorista, abriendo canales de comunicación con su líder, Ahmed al-Sharaa. Este cambio responde a los recientes contactos mantenidos por HTS con Francia y el Reino Unido, lo que podría reflejar una estrategia para legitimar su rol en la transición siria. Aunque estas acciones generaron optimismo en algunos sectores, persisten dudas sobre las intenciones a largo plazo del grupo y sus capacidades de gobernanza.
Estados Unidos había cerrado su embajada en Damasco en 2012 tras la escalada de la guerra civil siria, cortando relaciones diplomáticas con el régimen de al-Assad. La actual visita indica que Washington busca explorar un nuevo panorama político en Siria y redefinir su papel en la región. Lo cierto también es que a esta administración le quedan pocos meses y habrá que estar atentos a la posición que asumirá el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, en esta región y con su nuevo gobierno de facto.
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