El gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas comunicó recientemente que el equipo de Defence Infrastructure Organisation (DIO) del Reino Unido culminó su trabajo de seis meses en el territorio con el objetivo de “reurbanizar” las Islas. En este contexto, el Director General de la DIO, Mike Green, visitó Malvinas para monitorear el trabajo realizado, algo que desde Argentina puede suscitar críticas por su implicancia en la consolidación de la presencia británica en un territorio disputado.
Se trataba de un programa de construcción de 10 años, en colaboración con el Mando Estratégico del Reino Unido, Defence Equipment and Support y el gobierno ilegítimo de las Islas Malvinas. Bajo el pretexto de reurbanización con la construcción de una nueva escuela primaria o mejoras de infraestructura, el Reino Unido construyó el embarcadero de Mare Harbour, un sistema de defensa aérea terrestre y emplazamientos de radar de defensa aérea.
La multiplicidad de inversiones ha generado posturas contrapuestas: por un lado, el por qué los británicos optan por sostener a altos costos su presencia militar y civilmente ilegal a una distancia tan grande; y por el otro, la legitimidad de este tipo de acciones para la Argentina que, sin dudas, demuestran la imposición británica por sobre la resolución de la disputa de soberanía en la que tanto se insiste. Buenos Aires debe reforzar su postura frente al avance británico en las Islas Malvinas que poco respeta el derecho internacional y la legitimidad argentina por sobre el territorio.
Estos proyectos realizados por los británicos tienen cierto impacto en la comunidad local, tanto militar como civil, porque si bien reflejan mejoras para la población, también refuerzan la percepción de una ocupación permanente. Este tipo de inversiones no solo consolidan la presencia británica ilegal, sino que también ignoran el reclamo legítimo de soberanía de nuestro país sobre las islas.
Lo que para algunos es “reurbanizar” las Malvinas, para otros es consolidar la presencia militar en un territorio que no puede militarizarse unilateralmente. Argentina no debe “dormirse” frente a estas acciones ilegales que el Reino Unido está llevando a cabo sin algún tipo de autorización, así como también cuestionar y reclamar la intervención de la comunidad internacional para que se respete el derecho internacional y se avance en una solución pacífica y negociada que reconozca la soberanía argentina sobre las islas.
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