Entre muchos de sus últimos anuncios, esta semana el presidente Javier Milei sorprendió a propios y ajenos cuando confirmó un “plan nuclear argentino para el desarrollo de la Inteligencia Artificial”.
Milei remarcó que en la Argentina “tenemos energía de sobra, tierras frías e inhóspitas de sobra, y recurso humano de calidad (…) No por nada somos el país con más unicornios tecnológicos per cápita de la región. Estos tres factores combinados forman una tormenta perfecta para atraer inversiones de altísimo grado en IA”.
“Que nadie se sorprenda si la Argentina se convierte en el próximo hub del mundo. De hecho, no es casualidad que las mayores empresas del mundo estén evaluando proyectos en el país”, agregó.
Respecto al plan nuclear, Milei consideró que “lo interesante es que el aumento de demanda de energía que implica la IA va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive, y nosotros no nos vamos a quedar atrás”.
“Vamos a diseñar un Plan Nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación de las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”, agregó.
Sin embargo, por le momento no se han revelado más detalles del mismo y el propio Milei se limitó a decir que el plan nuclear para la IA será presentado en los próximos días por el jefe del Consejo de Asesores de Presidencia, Demian Reidel.
Por su parte, Nucleoeléctrica, empresa estatal que opera las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, celebró la noticia: “Argentina es el país referente en energía nuclear en Latinoamérica, y cuenta con las capacidades necesarias para consolidar y expandir su liderazgo en la región. El desarrollo nuclear es un paso fundamental para el futuro energético de nuestra nación”.
Una realidad diferente
Más allá del anuncio, la realidad es que el 2024 no ha sido un año para nada fácil para el sector nuclear argentino: como consecuencia de la política del gobierno para reducir el déficit fiscal, el presupuesto de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) sufrió una caída importante y este año trabajó con el mismo monto que en 2023.
Sin embargo, lo peor podría estar por venir para la CNEA, ya que el Presupuesto 2025 del gobierno estipularía una disminución de un 40% en términos reales (contemplando la inflación) en comparación con 2024.
Ante esta crítica situación, en 2024 el único proyecto que continuó recibiendo “apoyo” fue el desarrollo del Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10 que se está construyendo en el Centro Atómico Ezeiza.
Pero otros proyectos de gran relevancia, como el CAREM, se han visto visiblemente afectados.
El CAREM es un Small Modular Reactors o Reactores Modulares Pequeños (SMRs), lo que equivale al diseño y desarrollo de centrales nucleoeléctricas de menor tamaño y potencia eléctrica que las tradicionales.
Estos dispositivos tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos.
Por su parte, INVAP, compañía que es una de las principales proveedoras en este tipo de proyectos, recientemente dejó de ser una sociedad del Estado para adaptarse a lo dispuesto por el DNU 70.
Aunque INVAP ahora es una sociedad anónima, la provincia de Río Negro continuaría siendo el único accionista de la misma. Sin embargo, dicha maniobra abre la puerta a futuro para un posible cambio de su participación accionaria.
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