Corea del Sur se encuentra inmersa en una crisis política y constitucional sin precedentes tras el intento fallido del presidente Yoon Suk Yeol de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre. Este episodio ha desencadenado tensiones internas, cuestionamientos sobre la estabilidad del sistema democrático y un aislamiento político que pone en jaque al liderazgo del país en un contexto regional delicado.
El presidente Yoon ha recibido una prohibición de salir del país mientras enfrenta una investigación criminal por presunta traición y abuso de poder. La crisis comenzó cuando el mandatario otorgó amplios poderes de emergencia al ejército para enfrentar lo que calificó como “fuerzas antiestatales”. S
Este intento fallido ha provocado fracturas profundas en las filas del propio gobierno. Aunque Yoon sigue siendo comandante en jefe, altos mandos militares, incluidos varios generales, han manifestado públicamente su oposición a nuevas órdenes relacionadas con la ley marcial. Incluso dentro del oficialista Partido del Poder Popular (PPP), líderes han solicitado una transición ordenada hacia su dimisión.
Reacciones internas y externas
El Partido Democrático (PD), principal fuerza opositora, ha exigido que Yoon sea destituido y enfrente consecuencias legales. Además, el PD ha criticado duramente la delegación de funciones presidenciales al primer ministro, Han Duck-soo, calificándola de inconstitucional y carente de legitimidad democrática.
Internacionalmente, la crisis en Corea del Sur ha generado preocupación. Estados Unidos, un aliado clave con 28.500 tropas estacionadas en el país, ha mostrado inquietud. El secretario de Estado, Antony Blinken, instó al gobierno surcoreano a garantizar el respeto del proceso democrático, mientras que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, canceló una visita programada a Seúl.
Un momento crítico para Corea del Sur
Esta crisis llega en un momento delicado para la región. Con Corea del Norte fortaleciendo sus lazos militares con Rusia y enviando tropas a Ucrania, la estabilidad de Corea del Sur se torna crucial para la seguridad regional y el equilibrio geopolítico.
En el ámbito económico, la incertidumbre ha generado alarma entre inversores y sectores estratégicos. Las autoridades surcoreanas han anunciado medidas para estabilizar los mercados financieros, conscientes de que la crisis política podría afectar a la cuarta economía más grande de Asia.
El desenlace de esta situación no solo determinará el futuro político de Yoon Suk Yeol, sino también la capacidad de Corea del Sur para mantener su estabilidad democrática y reafirmar su posición en la comunidad internacional. Por ahora, el país enfrenta una encrucijada que exige decisiones firmes y un retorno a la institucionalidad para superar este complejo desafío.
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Fuente: Reuters
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