La flota de buques de asalto anfibio de la Armada de EE.UU. estaría enfrentando importantes desafíos para mantener su operatividad completa según recoge un reciente informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO). En el documento publicado este martes, se afirma que la prácticamente la mitad de ellos se encuentra en malas condiciones materiales, dificultando así el despliegue del Cuerpo de Marines (USMC) en misiones de entrenamiento y potenciales conflictos reales.
Ahondando en detalles, la GAO dió a conocer que un grupo de 16 buques de asalto anfibio, de los 32 que actualmente posee la Armada de EE.UU., no estaría cumpliendo con los estándares actuales que la propia fuerza exige. En dicho estado se encontrarían casi la totalidad de los buques de las clases Whidbey Island y Harpers Ferry, como así también, una buena parte de aquellos pertenecientes a la clase Wasp de cubierta más grande.
Recogiendo algunos fragmentos del informe, encargado originalmente como parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional del Año Fiscal 2023, se afirma que: “Estos buques son, por lo general, los más antiguos de la flota anfibia. La calificación de insatisfactorios significa que estos buques no están en condiciones de cumplir con su vida útil prevista debido a la cantidad de tareas de mantenimiento obligatorio aplazadas, el estado de los sistemas esenciales o la cantidad de tareas de reparación estructural necesarias.”
Una de las principales causas a las que puede atribuírse esta problemática residiría en los retrasos importantes observables en los cronogramas de mantenimiento estipulados por la Armada estadounidense para dichos buques anfibios; siempre quedando relegados en relación al resto de la flota de superficie. Al preguntarse el motivo por el cuál esto ha ocurrido, el informe elaborado por la GAO presenta a la obsolencia de algunas plataformas como una de las explicaciones plausibles, considerando por ejemplo que 7 de 8 barcos de la clase Wasp aún presentan sistemas de propulsión a vapor en lugar de los más modernos reactores nucleares.
Citando al propio infrome: “La documentación del Cuerpo de Marines indica que, en general, los buques de guerra anfibia no han cumplido con los cronogramas de mantenimiento planificados por la Armada desde 2010. En concreto, la documentación del Cuerpo de Marines indica que, entre 2010 y 2021, la Armada extendió el 71 por ciento del mantenimiento del depósito de buques de guerra anfibia más allá de su fecha de finalización planificada originalmente.” Esto en términos concretos significó por ejemplo que el USMC deba rediseñar el despliegue de su Boxer Amphibious Ready Group (ARG) y la 15.ª Unidad Expedicionaria de Marines embarcada, a falta claro de un proceso de mantenimiento realizado en tiempo y forma; los tres buques que lo conforman sufrieron retrasos considerables.
Por otra parte, fue afirmado que otra de las grandes problemáticas enfrentadas por la Armada en este sentido yacen en la decisión del Congreso de los EE.UU. por apostar al sostenimiento en servicio de barcos que la fuerza pretendía retirar, lo que hace años derivaba en una desinversión sobre las plataformas más antiguas. Un caso ilustrativo podría hallarse en los diez barcos de la clase Harpers Ferry que la US Navy buscó pasar a retiro durante el año 2022, encontrándose con la resistencia del USMC que no deseaba caer por debajo de la línea minima de 31 buques de asalto anfibio, inclinándose la política a favorecer a esta última.
Cabe recordar sin embargo, que la Armada de EE.UU. se encuentra en pleno proceso de adquirir e incorporar nuevos buques de las clases San Antonio y American para fortalecer sus capacidades de combate anfibio, siendo esto uno de los argumentos que la Jefa de Operaciones Navales, Almirante Lisa Franchetti, esgrimió para defender el estado de la fuerza. En esa línea, ha de recordarse que en el mes de agosto se botaba el futuro USS Harrisburg (LPD-30), mientras que HII continúa trabajando en los buques USS Pittsburgh (LPD-31) y USS Philadelphia (LPD 32); todos ellos pertenecientes a la clase San Antonio en su variante Flight II.
Finalmente, mirando hacia el futuro, ha sido afirmado por medios especializados locales que tanto la Armada como el USMC estadounidense se encontrarían en reuniones para definir los estándares de preparación que la flota de buques anfibios debería alcanzar para operar como se les solicita. Resulta útil en ese sentido remitirse a las declaraciones del general Eric Smith, comandante del Cuerpo de Marines, quién declaraba: “Tenemos que volver a un ritmo de preparación de tres a uno, donde tenemos tres ARG con los barcos en plena acción. Tenemos a los Marines. Sólo necesitamos los barcos (…) Estamos considerando brechas de tres, cuatro meses, tal vez seis meses en la presencia de ARG“. En otras palabras, se buscará tener operativos hasta el 80% de las plataformas para garantizar la capacidad de proyección estadounidense en operaciones anfibias.
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
Te puede interesar: El astillero surcoreano Hanwha Ocean recibe al primer buque logístico de la Armada de EE. UU. para someterlos a trabajos de MRO
Si te gustó este artículo, seguinos con un click en y suscribite a nuestros videos en YouTube .