China ha dado un paso controvertido al colaborar con la junta militar de Myanmar para establecer una empresa de seguridad privada conjunta, una medida diseñada para proteger sus intereses estratégicos y económicos en el país. La iniciativa refleja las crecientes preocupaciones de Beijing ante los riesgos que enfrenta el Corredor Económico China-Myanmar (CMEC), una pieza clave de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
El CMEC, que conecta la provincia china de Yunnan con el océano Índico a través de Myanmar, pasa por algunas de las zonas más conflictivas del país, lo que ha provocado ataques contra infraestructuras críticas y personal chino. Estos incidentes han subrayado la incapacidad de la junta para garantizar la seguridad, lo que llevó a China a buscar una solución más directa y efectiva.
En este contexto, la empresa de seguridad conjunta tiene un doble propósito: proteger proyectos estratégicos y fortalecer la capacidad de la junta para resistir a las fuerzas prodemocracia.
¿Un “Wagner” chino?
Aunque las empresas de seguridad chinas suelen enfocarse en la protección de infraestructura y personal sin involucrarse en combate directo, esta empresa conjunta podría marcar una desviación de ese modelo. Al operar bajo la cobertura de una empresa birmano-china, podría asumir un rol más militarizado, incluyendo la entrega de armas y apoyo logístico a la junta.
El paralelo con el Grupo Wagner de Rusia es inevitable, pero con diferencias clave. Mientras Wagner se centraba en la participación activa en combates y protección de recursos estratégicos, las empresas chinas tradicionalmente se enfocan en seguridad de sitios y gestión de riesgos.
La creación de esta empresa llega en un momento crítico para Myanmar, con la junta perdiendo terreno frente a los rebeldes prodemocracia. Además, China ha intervenido activamente en el conflicto, como lo demuestra el arresto domiciliario del comandante Peng Daxun en Yunnan, en un intento por presionar a las fuerzas insurgentes. A nivel regional, la estrategia podría replicarse en otros países donde las inversiones chinas están amenazadas, como Pakistán, donde el corredor CPEC enfrenta ataques similares.
Reacciones y futuro
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG) de Myanmar, opositor a la junta, ha ofrecido garantías a Beijing sobre la protección de sus inversiones en caso de un cambio de régimen. Sin embargo, por ahora, China parece decidida a mantener su apoyo a la junta, viendo en la empresa de seguridad una herramienta esencial para preservar sus intereses estratégicos en medio del caos.
Esta iniciativa plantea preguntas sobre la evolución del papel de las empresas de seguridad privadas chinas y su posible transición hacia un enfoque más militarizado, influido por las necesidades geopolíticas de Beijing en regiones inestables. La percepción de que estas empresas puedan convertirse en herramientas de intervención estatal podría redefinir la postura oficial de no intervención de China en conflictos extranjeros.
Te puede interesar: Nueva embarcación china, similar a un portaaviones, genera especulaciones sobre su potencial uso tanto militar como civil
Fuente: Eurasia Review
Si te gustó este artículo, seguinos con un click en y suscribite a nuestros videos en YouTube .