El gobierno argentino inició una licitación nacional e internacional, que excluye a las empresas chinas, para concesionar el dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay por 30 años. Esta ruta, por donde circula el 80% del comercio exterior argentino, busca ser privatizada para reducir costos estatales y en una de sus cláusulas establece que no podrán participar agencias estatales.
Empresas chinas son excluidas por el gobierno argentino en la Hidrovía
La normativa del proceso licitatorio establece en el artículo 16° que no podrán participar “personas jurídicas controladas, directa o indirectamente, por estados soberanos o agencias estatales”. Este punto es crucial para firmas como Shanghai Dredging Co., subsidiaria de China Communications Construction Company (CCCC), que queda automáticamente excluida debido a su naturaleza estatal.
Shanghai Dredging Co. no opera como una empresa privada convencional, sino como una filial de CCCC, una de las mayores corporaciones estatales de China. Esta compañía lleva a cabo proyectos alineados con los intereses estratégicos de Beijing. Además de infraestructura portuaria y de dragado, CCCC desempeña un rol central en las ambiciones geopolíticas y militares de China.
Un caso emblemático son las islas artificiales construidas por CCCC en el Mar Meridional de China, por orden del gobierno de Xi Jinping. Estas obras, que combinan fines económicos y militares, han generado tensiones en Asia, especialmente con países como Filipinas, Vietnam y Malasia. Estas islas se utilizan para establecer bases militares, ampliando el control marítimo de China y reforzando sus reclamos soberanos en aguas disputadas.
Argentina limita la influencia china en América Latina
Junto a las tensiones políticas, estas construcciones tienen un impacto ambiental considerable. La destrucción de arrecifes y ecosistemas ha suscitado críticas internacionales. No obstante, ni CCCC ni Beijing han dado señales de detener estos proyectos, reafirmando su estrategia de expansión.
En el caso de la Hidrovía Paraná-Paraguay, la exclusión de CCCC y su filial Shanghai Dredging Co. representa una decisión para limitar la creciente influencia china en América Latina. Argentina opta por mantener este recurso estratégico fuera del control de empresas vinculadas a potencias extranjeras.
Desde que venció la concesión original en 2021, la Administración General de Puertos (AGP) se encargó de la gestión de la Hidrovía, implementando un esquema que incluía la participación de siete provincias y ocho ministerios. Este modelo enfrentó desafíos en términos de coordinación y eficiencia. La AGP subcontrató las tareas de dragado y balizamiento a Jan de Nul y Emepa, antiguos concesionarios. Sin embargo, una licitación internacional realizada en 2022 fue anulada tras objeciones de oferentes como la danesa Rodhe Nielsen y la china CCCC Shanghai Dredging.
Los principales competidores en la privatización de la Hidrovía
El nuevo proceso de licitación busca garantizar una concesión de largo plazo para la modernización, mantenimiento y seguridad de esta vía clave.
En esta licitación, las empresas europeas tienen un rol destacado. Entre las posibles competidoras están Jan de Nul, actual operadora, y otras firmas belgas y neerlandesas como Boskalis y DEME Group, reconocidas por su experiencia técnica en obras de dragado. Su trayectoria en proyectos internacionales las posiciona como los principales contendientes para controlar el Paraná.
Con más de 3.400 kilómetros, la Hidrovía Paraná-Paraguay es el principal corredor comercial de América del Sur. Su importancia radica en conectar a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, facilitando el transporte de productos agrícolas y otros bienes hacia mercados globales.
El gobierno ha planteado un plan que incluye la modernización de la infraestructura, incorporación de radares y monitoreo satelital para reforzar la seguridad y combatir el narcotráfico. También se prevé profundizar el canal a 39 pies, con posibilidad de mayores profundidades según estudios técnicos. Estas medidas buscan mejorar la competitividad logística frente a países vecinos como Brasil y Uruguay.
La dependencia financiera del gobierno argentino de China
Pese a la exclusión de empresas chinas en esta licitación, la administración de Javier Milei ha adoptado una postura pragmática hacia Beijing. Durante una reunión en el G20, Milei se encontró con Xi Jinping para afianzar los vínculos bilaterales. Argentina depende del swap chino de 5.000 millones de dólares, crucial para las reservas del Banco Central.
Mientras tanto, China busca expandir su influencia en Argentina mediante proyectos como las represas de Santa Cruz y el acceso a recursos estratégicos como el litio y el cobre. Aunque Milei mantiene una estrecha relación con Donald Trump, los términos de los acuerdos con China podrían influir en futuras decisiones, particularmente respecto a la Hidrovía.
La idea de privatizar la Hidrovía no es nueva. Durante la gestión de Mauricio Macri, los pliegos de licitación estaban listos antes del vencimiento de la concesión en 2021. Sin embargo, el cambio de administración descartó esa propuesta a favor de una gestión estatal bajo la AGP. Ahora, el nuevo proceso marca un retorno a la privatización con un enfoque de largo plazo.
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