A pesar de que el reciente acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hezbolá trajo un alivio parcial a la región, la situación en Gaza continua empeorando, con una intensificación de enfrentamientos entre el Ejército israelí y Hamás y un crecimiento de la crisis humanitaria. Para los palestinos y los familiares de los rehenes israelíes que se encuentran retenidos en dicho territorio, las esperanzas de un alto el fuego parecen cada vez más lejanas.
Aunque el acuerdo en el norte buscaba frenar los ataques de Hezbolá en la frontera con Israel, no incluyó ninguna tregua en Gaza. Las familias de los rehenes israelíes, capturados durante el ataque de Hamás en octubre de 2023, lamentaron que no se utilizara esta oportunidad para negociar su liberación. “Creemos que esta es una oportunidad perdida para vincular a los rehenes en este acuerdo”, expresó Ruby Chen a The Associated Press, cuyo hijo fue secuestrado por Hamás.
En este contexto, hasta el último registro de datos, la guerra en Gaza ya se ha cobrado un alto costo humano y social. Según funcionarios locales, más de 44.000 personas han muerto, de los cuales más de la mitad eran mujeres y niños, mientras que cientos de miles de palestinos fueron obligados a desplazarse de sus hogares.
Mientras tanto, el Gobierno de Israel mantiene su postura de eliminar completamente a Hamás y conservar el control de partes estratégicas del territorio, lo que dificulta cualquier avance diplomático. Por su parte, Hamás se negó a liberar rehenes sin concesiones significativas, llevando a un estancamiento en las negociaciones.
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