El presidente electo de los Estados Unidos, Donald J. Trump, confirmó recientemente su intención de declarar una emergencia nacional para implementar un plan de deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados con el apoyo de las Fuerzas Armadas. El anuncio, realizado a través de su red social Truth Social, ha generado fuertes reacciones tanto entre sus críticos como entre sus aliados políticos.
Trump aseguró que utilizaría al ejército para facilitar las deportaciones, en respuesta a una publicación del líder conservador Tom Fitton, quien sugería el uso de una emergencia nacional para abordar la inmigración ilegal. Con su característico estilo directo, Trump replicó en redes sociales: “¡CIERTO!”.
El plan, respaldado por Stephen Miller, asesor de política migratoria de Trump, incluye la construcción de grandes centros de detención para albergar a inmigrantes mientras se procesan sus casos. Según Miller, estos campamentos, financiados con recursos militares, buscarían acelerar las deportaciones y disuadir la permanencia de personas indocumentadas en Estados Unidos.
Críticas de activistas y expertos legales
La propuesta ha recibido fuertes críticas de organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes y legisladores demócratas. Karen Tumlin, del Justice Action Center, calificó el plan de “distópico” e “ilegal”, mientras que Robyn Barnard, de Human Rights First, advirtió sobre las repercusiones económicas y sociales de la medida.
En el ámbito legal, el senador demócrata Richard Blumenthal aseguró que el uso de las fuerzas armadas en este contexto podría violar la Ley de Insurrección, que limita el despliegue militar en territorio nacional. La propuesta de Trump también incluye ampliar las deportaciones aceleradas, eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento y reasignar agentes de otras agencias para reforzar las filas del ICE.
Mientras algunos republicanos respaldan la propuesta, otros adoptan un enfoque más cauteloso. El senador James Lankford expresó su interés en conocer detalles del plan, mientras que el senador Tommy Tuberville lo defendió abiertamente, calificándolo de “100% correcto”.
Promesas de campaña y antecedentes
Durante su primer mandato, Trump ya utilizó una emergencia nacional para desviar fondos militares hacia la construcción de un muro fronterizo, lo que provocó desafíos legales que aún no se han resuelto completamente. Ahora, el presidente electo busca retomar esta estrategia, prometiendo la mayor operación de deportación en la historia del país.
A pesar del apoyo entre algunos sectores conservadores, el plan enfrenta importantes obstáculos legales y políticos. Los demócratas del Congreso han prometido bloquear cualquier intento de utilizar la Ley de Insurrección para fines migratorios, mientras que defensores de derechos humanos han advertido que estas medidas podrían exacerbar las tensiones sociales y políticas.
Con la toma de posesión de Trump prevista para enero, los próximos meses serán clave para definir si estas ambiciosas propuestas logran materializarse o enfrentan resistencias insuperables.
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Fuente: The New York Times
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