Corea del Sur recientemente había señalado un posible suministro de armas a Ucrania, aunque la decisión podría demorarse debido a una razón fundamental: la llegada de Trump a la Casa Blanca podría implicar un cese al fuego entre Moscú y Kiev. De por sí, la remota idea de que Corea del Sur pueda enviar armas a zonas de conflicto como Ucrania era improbable, aunque esta postura comenzó a suavizarse luego de que tropas norcoreanas fueran enviadas para luchar con Rusia.
Cabe recordar que Ucrania y Corea del Sur afirmaron a mediados de octubre que Pyongyang había desplegado tropas para ayudar a Moscú, en el marco del acuerdo de defensa mutua firmado en junio. La Inteligencia de Defensa de Ucrania (HUR) confirmó que Pyongyang estaba preparando el envío de 11.000 soldados, junto a imágenes satelitales emitidas por el Servicio Nacional de Inteligencia de Seúl (NIS) que mostraban la presencia de tropas norcoreanas.
A lo largo de todo este contexto, Corea del Sur ha mantenido históricamente su estricta prohibición de enviar armas letales a zonas de conflicto activo, una postura basada en principios de no intervención y estabilidad regional. Pero los signos de flexibilización recientes se argumentan con la información anteriormente mencionada.
Sin embargo, Seúl dio un paso atrás luego de que Donald Trump afirmara que podía “solucionar la guerra entre Rusia y Ucrania en 24 horas”. Corea del Sur cree que con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su intención de negociar un fin al conflicto ucraniano, podría reconsiderar su posición y volver a su política de no intervención.
Más allá de todo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, planea enviar un delegado a Seúl con esperanzas de conseguir armamento. Principalmente, Kiev se muestra confiado por el suministro de proyectiles de artillería de 155 mm, fundamentales para los esfuerzos de defensa de Ucrania.
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