Las Fuerzas Armadas de Rusia continúan presionando en el frente de batalla a las tropas ucranianas, el avance hacia el centro de abastecimiento de Pokrovsk en el este de Ucrania se da en paralelo al los informes de una nueva ofensiva en la región de Zaporiyia lo que genera incertidumbre en el frente de batalla de más de 900 km. Estos reportes de los últimos movimientos militares de Rusia se dan en paralelo a la creciente incertidumbre por parte de Kiev tras los resultados que posicionaron a Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y como este puede llevar a ambos bandos a una negociación por la paz.
Desde Ucrania, se alerta de la posibilidad de que el flamante mandatario catapulte negociaciones o presiones a Kiev a sentarse con la interrupción de ayuda militar por parte de los Estados Unidos y esto desemboque en que Ucrania deba aceptar condiciones, en particular la cesión de territorios ocupados actualmente por Rusia, en una posible negociación por el fin del conflicto.
Rusia intensifica su presión a Ucrania pese al pedido de Trump
Reportes de la comunicación telefónica entre Trump y Vladímir Putin informaron que el nuevo presidente le solicitó a Moscú que cesara en la guerra. Sin embargo, pese al pedido en los últimos días, las Fuerzas Armadas rusas intensificaron su avance en varios frentes de batalla con Ucrania.
Tras el empuje conseguido por la inclusión de tropas norcoreanas en el frente, en los últimos días se reportó el inicio de una contraofensiva en Kursk. Esta región, controlada por Ucrania tras la ofensiva de agosto, se transformó en un bastión no solo estratégico sino moral para Kiev.
Además, están ejerciendo presión para rodear la ciudad oriental de Kurajovo, lo que podría facilitar un inminente asalto al centro ferroviario de Pokrovsk, un objetivo ruso desde hace tiempo y que ya está siendo atacado con regularidad.
Otro frente de gran importancia es el que se desarrolla la ciudad nororiental de Kupiansk, que fue ocupada por Rusia en 2022 antes de ser recuperada por las tropas ucranianas. El miércoles, el Estado Mayor de Ucrania informó que fuerzas de asalto ruso, vestidas con uniformes diseñados para asemejarse a los ucranianos, atacaron posiciones ucranianas en dirección a Kupiansk utilizando tanques y otros vehículos blindados. Además, esta semana se registró un significativo ataque con misiles sobre Kiev, tras meses de asaltos con drones más económicos y, a menudo, menos eficaces.
Esta semana, Kiev fue objeto de un significativo ataque con misiles, tras varios meses de asaltos con drones más económicos, pero frecuentemente menos efectivos.
Las fuerzas rusas han ocupado partes de la región de Zaporiyia desde 2022, incluyendo la central nuclear, la cual Ucrania advierte representa una grave amenaza bajo control ruso. Para Putin, avanzar hacia la capital regional representaría un logro crucial y contribuiría a su intento de ejercer un control efectivo sobre un territorio que ha declarado como parte de Rusia.
En respuesta, las tropas ucranianas están tratando de utilizar el tiempo antes de cualquier asalto importante para colocar más minas y construir nuevas fortificaciones.
La sombra de las negociaciones y la incertidumbre del apoyo de los Estados Unidos
Mientras en el frente de batalla la presión continúa, en el plano político-diplomático surgen interrogantes sobre el futuro del conflicto entre Rusia y Ucrania ante el regreso de Donald Trump al panorama político estadounidense. La posible presidencia de Trump genera incertidumbre respecto a la postura que Estados Unidos pueda adoptar en las negociaciones. Durante su mandato anterior, Trump demostró una inclinación a priorizar los intereses estadounidenses por encima de los compromisos multilaterales, lo que podría traducirse en una presión para que Ucrania ceda en aspectos clave como la integridad territorial, una línea roja inquebrantable para el presidente Volodímir Zelenski.
El nuevo panorama mundial podría forzar a Ucrania a enfrentar crecientes presiones para aceptar compromisos que impacten su soberanía. Zelenski ha sido claro en que cualquier negociación debe respetar la integridad territorial del país, pero un escenario internacional marcado por un liderazgo más transaccional en Washington podría debilitar su margen de maniobra. Esta situación genera el temor de que se favorezcan soluciones que prioricen la estabilidad regional a corto plazo, en detrimento de las demandas ucranianas, condicionando así el curso de un eventual proceso de paz.
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Con información de The Washington Post
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