En lugar de caer como se esperaba, debido a las sanciones occidentales impuestas tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, la economía de Rusia está en auge, corriendo el riesgo de sobrecalentamiento ante un alto gasto militar. Este último, que incluye altos pagos a los soldados rusos, ha impulsado el crecimiento económico, así como el aumento de salarios y de inflación, ya que las empresas se ven obligadas a competir con los salarios militares para atraer empleados.
El riesgo de sobrecalentamiento económico de Rusia
Según los economistas, Rusia puede continuar financiando su guerra en Ucrania por varios años más, gracias a los importantes ingresos petroleros y al fracaso de las sanciones occidentales, particularmente el límite de precios impuesto por el G-7, que no ha logrado reducir los ingresos petroleros rusos.
El sobrecalentamiento económico también está relacionado con la necesidad del presidente Vladímir Putin de reemplazar a los aproximadamente 20,000 soldados muertos o heridos mensualmente, de acuerdo con las pérdidas reportadas por el Instituto para el Estudio de la Guerra en junio. Los gobernadores regionales rusos están ofreciendo bonificaciones sin precedentes para reclutar soldados, y recientemente, Belgorod alcanzó un récord con una bonificación de 31,200 dólares.
El banco central sube las tasas, pero no logra frenar la inflación
El resultado es una tasa de empleo casi completa en Rusia y salarios en aumento. La capacidad productiva y la mano de obra de la economía están “prácticamente agotadas”, advirtió en julio Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco Central, quien ha sido clave en la gestión económica para sostener la guerra. “En realidad, se trata de un escenario de estanflación que sólo podría detenerse mediante una recesión profunda”.
Nabiullina anunció un período prolongado de altas tasas de interés para intentar desacelerar la economía y reducir la inflación, pero estos esfuerzos no han dado resultado. El banco elevó su tasa de interés clave del 19% al 21% el viernes, el nivel más alto en más de dos décadas, superando el 20% que la mayoría de los analistas preveían.
La inflación fue “significativamente más alta” de lo anticipado en julio, informó el banco en un comunicado. La previsión de crecimiento es de un 3,5% a un 4% en 2024, y luego se espera una reducción drástica a entre el 0,5% y el 1,5% en el siguiente año.
El aumento de la tasa del Banco Central ruso ha generado enojo entre algunos de los principales oligarcas del país, y una figura influyente advirtió recientemente que los fabricantes podrían quebrar, señalando la tensión en la élite por mantener a flote la economía de guerra de Putin.
El continuo aumento de los salarios
Las empresas privadas tienen dificultades para competir con los altos salarios militares. Una encuesta de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios de este mes mostró que el 82,8% de las empresas tienen problemas para atraer trabajadores. Según Rosstat, la agencia estatal de estadísticas, el desempleo se redujo al 2,4% en junio.
Durante los primeros seis meses de 2024, los salarios reales en Rusia aumentaron un 12,9% interanual, según Rosstat, aunque los analistas independientes cuestionan estas cifras. Los ingresos de los trabajadores más pobres crecieron a una tasa aún mayor, aumentando un 67%, informó en marzo el medio ruso independiente Bell.
Anteriormente, Rusia cubría los empleos de bajos salarios con inmigrantes de Asia Central, pero tras un incidente en el centro comercial Crocus City Hall en marzo, donde estuvieron implicados ciudadanos tayikos, deportó a decenas de miles de trabajadores migrantes de esta región y prohibió la entrada a otros 143,000 en la primera mitad del año.
Según medios independientes rusos, muchos trabajadores migrantes también han sido detenidos y enviados a la guerra, haciendo que el país sea menos atractivo como destino laboral.
El gasto militar, una prioridad para la Rusia de Putin
Las prioridades económicas de Putin se reflejan en el reciente presupuesto ruso, que destina al gasto militar y de seguridad un total de 142,000 millones de dólares para 2025, el 40% del gasto presupuestario o más del 8% del PIB. El gasto en defensa se mantendrá elevado en 2026 y 2027, lo que demuestra su intención de seguir luchando. No obstante, este gasto masivo contribuirá a la inflación, y Nabiullina admitió el viernes que el banco no logrará su meta inflacionaria del 4% hasta 2026.
Algunos analistas independientes señalan que la inflación real es incluso mayor de lo que reflejan las estadísticas oficiales. Un informe reciente del Instituto de Economía de Transición de Estocolmo cuestionó la credibilidad de las cifras oficiales de inflación, señalando que los principales indicadores económicos son “ahora parte de la propaganda de guerra rusa”.
Inevitablemente, Putin reducirá el gasto social en educación, salud e infraestructura civil, de acuerdo con los analistas, pero no enfrentará repercusiones políticas, ya que ha consolidado un régimen autocrático represivo donde los principales opositores políticos están encarcelados, acosados o se les impide postularse para cargos públicos.
A pesar de la presión intensa sobre la economía, Vladislav Inozemtsev, un economista ruso radicado en Estados Unidos y cofundador del Centro de Análisis y Estrategias en Europa, dijo que Rusia tiene la capacidad de sostener la guerra en los próximos años.
Robin Brooks, miembro de la Brookings Institution, atribuye la capacidad del gobierno ruso para seguir en guerra a varios fracasos de las sanciones occidentales, que se debieron a la presión de grupos de influencia en Europa y a la falta de voluntad política.
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