En agosto, Estados Unidos aprobó el envío de 360 millones de dólares en armas a Taiwán, que incluye 1,000 drones armados. Estos drones tendrán un papel crucial en la defensa de Taiwán, formando un escudo aéreo sobre el estrecho de Taiwán. Se utilizarán para contrarrestar una posible invasión de China, atacando barcos, personal y neutralizando drones del Ejército Popular de Liberación (EPL).
La TRA sí obliga a Estados Unidos a proporcionar armas para la defensa de Taiwán y a mantener la libertad de navegación en el Indo-Pacífico, lo que hace probable que cualquier invasión china desencadene una respuesta estadounidense. Además, los lazos defensivos entre Taiwán y Japón sugieren que Japón, aliado clave de EE. UU. en la región, también podría involucrarse debido al tratado de seguridad mutua entre ambos países. Funcionarios japoneses han señalado que una invasión china violaría su soberanía, lo que haría inevitable su participación.
El riesgo de China crece cada vez más
China ha utilizado tácticas de “zona gris”, como operaciones aéreas y patrullas navales cercanas a Taiwán, que han mermado su preparación. Estas acciones no violentas, pero persistentes, crean incertidumbre para las fuerzas de defensa taiwanesas, dificultando la diferenciación entre ejercicios rutinarios y amenazas reales. Estas maniobras chinas, además, agotan los recursos de Taiwán y generan dudas entre la población sobre sus capacidades defensivas.
La Ley de Resiliencia Mejorada de Taiwán (TERA), incluida en la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2023, permitió por primera vez a Taiwán acceder a la Financiación Militar Extranjera (FMF) de EE. UU., ofreciendo préstamos o subvenciones para adquirir armas. Aunque inicialmente no se asignaron fondos para este propósito, el Departamento de Estado notificó al Congreso que 135 millones de dólares serían dirigidos hacia Taiwán. Para 2024, el Congreso destinó al menos 300 millones de dólares en FMF para Taiwán, con otros 2,000 millones potencialmente disponibles para la región del Indo-Pacífico, de los cuales Taiwán podría beneficiarse.
Además, la TERA permitió que Taiwán accediera a la Autoridad Presidencial de Reducción de Armas (PDA), permitiendo transferencias de equipos de defensa desde los inventarios del Departamento de Defensa. En 2023, la administración Biden utilizó esta autoridad para transferir 345 millones de dólares en equipo de defensa a Taiwán. El Congreso también asignó 1,900 millones de dólares para reponer las existencias del DOD y apoyar actividades militares en la región, subrayando el compromiso de EE. UU. con la defensa de Taiwán en medio de crecientes tensiones con China.
El enorme financiamiento militar externo de los Estados Unidos está generando críticas al interior del país
Dentro de EE. UU., ha crecido el debate sobre los compromisos militares globales del país, con algunos republicanos expresando fatiga por financiar la guerra en Ucrania. Estos argumentan que Europa debería asumir mayor responsabilidad por su propia defensa. Aunque muchos republicanos ven a China como el principal adversario y apoyan firmemente a Taiwán, temen que el involucramiento en múltiples conflictos reduzca la capacidad de EE. UU. para enfrentar a China.
El senador Josh Hawley criticó el enfoque de la administración Biden en Ucrania, argumentando que priorizar su defensa afecta la preparación militar en el Pacífico, dejando a Taiwán expuesto ante una invasión china. Advirtió que si China invade Taiwán, estaría en condiciones de desmantelar la red de alianzas de Estados Unidos en Asia y dominar la región. Hawley urgió a acelerar el apoyo a Taiwán, citando la advertencia del secretario de Estado Antony Blinken de que China podría invadir la isla antes de 2027.
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Fuente: The News Lens
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