En un contexto de aparentes avances diplomáticos entre Argentina y Reino Unido, el proyecto más importante de explotación petrolera en las Islas Malvinas, conocido como Sea Lion, sigue avanzando en busca de financiamiento. Este yacimiento es gestionado por una empresa conjunta encabezada por Navitas Petroleum, un operador israelí que trabaja intensamente para garantizar los fondos necesarios que permitirán su fase de construcción.
En este sentido, el proyecto Sea Lion contiene una reserva bruta certificada de 791 millones de barriles de petróleo, lo que lo convierte en uno de los principales recursos energéticos en la región del Atlántico Sur. Según Navitas Petroleum, la primera fase del desarrollo, valorada en 1.200 millones de dólares, incluye la perforación de 11 pozos de producción. La producción inicial se estima en 55.000 barriles diarios de petróleo.
Asimismo, su avance se da mientras los Gobiernos de Argentina y Reino Unido reactivaron su diálogo, en lo que afirman es una nueva etapa en la relación bilateral entre ambos países. Recientemente, la ministra de Relaciones Exteriores argentina, Diana Mondino, se reunió con el Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, en Nueva York para acordar una serie de medidas concretas, incluyendo la conservación de las pesquerías y promover una mejor conectividad, en línea con los acuerdos alcanzados en 2018, y la reanudación del vuelo semanal desde San Pablo a las Islas, con escala mensual en Córdoba.
Además, avanzaron con las negociaciones para finalizar la tercera fase del Plan Proyecto Humanitario, en colaboración con la Cruz Roja Internacional, para identificar los restos de los soldados argentinos fallecidos en la guerra de 1982. Este acuerdo contempla no solo la continuidad de las labores de identificación de los combatientes sepultados en el cementerio de Darwin, sino también la organización de un viaje para que los familiares de los caídos puedan visitar las tumbas antes de finalizar el año 2024.
Sin embargo, aunque particularmente estos acuerdos tienen enfoques humanitarios y comerciales, no hay que olvidarse que el avance simultáneo del proyecto Sea Lion se está dando en aguas que se encuentran bajo una disputa de soberanía histórica entre Argentina y Reino Unido. Esta cuestión destaca no solo las tensiones latentes sobre el control y explotación de los recursos naturales en las islas, sino también una contradicción profunda entre el discurso oficial de defensa de la soberanía que vienen sosteniendo – o al menos pretende – este Gobierno argentino y la realidad de los hechos.
En este contexto actual, Argentina, cuyos sucesivos Gobiernos históricamente reclamaron por la soberanía sobre las Malvinas, parece adoptar una postura de cooperación con el mismo Gobierno que, sin su consentimiento, permite la explotación de recursos estratégicos en un territorio en disputa. Este aparente movimiento debilita la posición internacional del país sudamericano en su reclamo, al permitir que los intereses económicos del Reino Unido y sus aliados prevalezcan sobre la reivindicación territorial que el país defendió durante décadas.
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