Una nueva crisis de orden público se ha desatado en Colombia ante nuevos focos de violencia en todo el país. Por un lado, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se encuentra presionando al gobierno para que los retire de la lista de Grupos Armados Organizados, y, por otro, la Segunda Marquetalia continúa con su plan por ocupar los territorios controlados por las disidencias del Estado Mayor Central (EMC).
Nueva crisis de violencia en Colombia
Las tensiones han aumentado en varias regiones de los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Cauca, Valle del Cauca, Sur de Bolívar y Guaviare, donde estos grupos armados han ampliado su influencia para afianzar su presencia. Según la Fuerza Pública, en la última semana se han registrado al menos seis ataques de grupos armados contra tropas, un enfrentamiento entre disidencias y atentados contra la infraestructura petrolera.
El ELN, grupo que mantiene negociaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro, ha sido el principal responsable de intensificar la violencia en los últimos días, especialmente en Arauca y Norte de Santander. Allí, sus acciones dejaron tres soldados muertos la semana pasada, sumado a otros tres ataques contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas.
Los ataques y hostigamientos del grupo guerrillero aumentaron desde el pasado 3 de agosto, cuando se rompió el cese al fuego. Además, busca ser removida de la lista de GAO y frenar los acercamientos de diálogo con el frente Comuneros del Sur, el cual se distanció del Comando Central del ELN y estableció una mesa de paz paralela en Nariño.
Reactivación del conflicto en el Sur de Bolívar
Al respecto, Francisco Javier Daza, coordinador de la línea de paz y postconflicto de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), señala que la escalada de violencia del Ejército de Liberación Nacional en Arauca y Norte de Santander “se debe al vencimiento de la prórroga del cese al fuego”.
“Las acciones armadas en el oriente del país, por parte de este grupo, han desatado ataques directos contra la fuerza pública y la voladura de infraestructura estratégica petrolera” añadió.
Por otro lado, fuentes de la Fuerza Pública informaron que en las últimas semanas el conflicto en el Sur de Bolívar se ha reactivado debido a la alianza entre el ELN y las disidencias para evitar que el ‘Clan del Golfo’ entre en ese territorio para controlar, principalmente, la minería ilegal.
“Ha habido enfrentamientos y muchas familias se han visto obligadas a desplazarse y confinarse”, comentó una fuente a este diario, quien calificó como paradójico que estas disidencias son las que actualmente están en negociación con el gobierno.
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