Analistas de Kyiv Independent afirman que la operación militar ucraniana en la región rusa de Kursk marca un hito significativo en la guerra en curso entre Ucrania y Rusia, generando resultados militares concretos y elevando las expectativas de un pronto fin. Con un avance de hasta 35 kilómetros dentro del territorio ruso, las fuerzas ucranianas lograron capturar la ciudad de Sudzha y controlar más de 90 asentamientos estratégicos, incluyendo una estación de medición de gas vital para el tránsito de combustible hacia Europa.
En este sentido, Tymofiy Mylovanov, asesor de la oficina del presidente ucraniano Volodímir Zelenski y director de la Escuela de Economía de Kiev, afirmó a Kyiv Independent: “El éxito de esta operación demuestra que las fuerzas ucranianas no solo pueden defender, sino también pasar eficazmente a la ofensiva, lo que amplía nuestras capacidades tácticas y sirve de modelo para otras regiones. Además, la operación en Kursk contribuye al fortalecimiento de la unidad interna en Ucrania, aumenta la autoridad de nuestras Fuerzas Armadas en la arena internacional y también puede obligar al Kremlin a reevaluar sus planes militares”.
Desde el punto de vista estratégico, la operación Kursk logró desviar recursos rusos del Donbass, aunque no alteró significativamente la línea de frente en esa región, donde la presión rusa continúa siendo intensa. En el ámbito doméstico, fortaleció la unidad interna en Ucrania, mientras que, en el escenario internacional, aumentó el apoyo de los aliados occidentales a Kiev.
En términos políticos, la operación Kursk podría aumentar la influencia de Ucrania en las futuras negociaciones de paz. Según Tymofiy Mylovanov, asesor de la oficina del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, la incursión tiene el potencial de obligar al Kremlin a reevaluar sus planes y podría mejorar significativamente la posición de Kiev en la mesa de negociaciones.
Riesgos
La incursión también expuso las vulnerabilidades del Kremlin. El abandono de posiciones clave por parte del batallón checheno Akhmat y la falta de una respuesta nuclear rusa, a pesar de las amenazas anteriores, puso en tela de juicio la narrativa de las “líneas rojas” del Kremlin, alentando a los aliados de Ucrania a reconsiderar sus restricciones sobre el uso de armas de largo alcance.
Sin embargo, la operación también conlleva riesgos. La falta de una respuesta contundente por parte de Rusia podría ser temporal, y existe la preocupación de que, a medida que la operación se prolongue, Moscú podría intensificar sus ataques en otras regiones de Ucrania. Además, el éxito ucraniano en Kursk podría incitar a Putin a tomar medidas más extremas para evitar perder más territorio, lo que podría escalar aún más el conflicto.
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Fuente: The Kyiv Independent
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