El rápido avance de las fuerzas ucranianas, que comenzó el 6 de agosto, sorprendió a Rusia y a los analistas occidentales al adentrarse en territorio enemigo y amenazar la ciudad de Kursk. Esta ofensiva ha ganado más terreno en pocos días que lo que los rusos lograron en meses. Aunque es difícil precisar exactamente lo que está sucediendo, parece que el éxito se debe a la implementación de un nuevo estilo de guerra electrónica y la utilización de drones.
Según el canal militar ruso de Telegram, Troika, los ucranianos emplearon tácticas previamente utilizadas en Járkov, pero a mayor escala. Primero, eliminaron los drones de reconocimiento rusos, dejando a sus comandantes sin visibilidad sobre lo que ocurría en el campo de batalla. Esto pudo haberse logrado con nuevos interceptores FPV conectados al radar de defensa aérea.
Luego, aprovecharon esta falta de observación para llevar bloqueadores de corto alcance a la línea del frente. Estos dispositivos fueron programados con información obtenida previamente a través del reconocimiento de guerra electrónica, lo que permitió neutralizar las comunicaciones rusas, incluidas las frecuencias de control de drones.
La gran estrella del arsenal ucraniano: los drones
Después de neutralizar los drones rusos, Ucrania desplegó sus propios drones en gran cantidad, utilizando FPV de alta precisión para atacar las defensas rusas. En las últimas semanas, Ucrania ha utilizado bombas de drones para abrir brechas en las trincheras rusas, permitiendo que drones FPV entren y despejen las posiciones enemigas. Una vez despejadas las trincheras, unidades ucranianas avanzaron rápidamente para asegurar estas posiciones. Luego, se desplegaron nuevamente los bloqueadores de radio para continuar con el avance.
Rusia está introduciendo nuevos drones semiautónomos con guía óptica, que no se ven afectados por las interferencias, pero aún no están disponibles en grandes cantidades. Esta situación crea una ventana temporal en la que las tácticas de interferencia pueden tener éxito y permitir un avance.
A medida que estos drones avanzados se vuelvan más comunes, despejar los cielos de drones enemigos se volverá más difícil. Sin embargo, la guerra móvil aún es posible si se logra dominar el espacio aéreo con drones, y el éxito en neutralizar a los drones enemigos puede ser clave para que un asalto sea exitoso. La situación en Kursk sigue siendo dinámica, y es probable que las operaciones en curso definan un nuevo capítulo en la historia de la guerra moderna.
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Fuente: Forbes
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