El Pentágono reorganizará su estructura de mando en Japón, transformando las Fuerzas de Estados Unidos en Japón, que tienen un enfoque principalmente administrativo, en un Cuartel General de la Fuerza Conjunta para tiempos de guerra, con el objetivo de fortalecer los lazos con Tokio ante la creciente amenaza de China.
El domingo, el secretario de Defensa Lloyd Austin, el secretario de Estado Antony Blinken y sus homólogos japoneses, el ministro de Defensa Minoru Kihara y la ministra de Asuntos Exteriores Yoko Kamikawa, anunciaron el plan para profundizar la cooperación entre los ejércitos estadounidense y japonés y agilizar las operaciones de mando y control en la región.
“Damos la bienvenida a una decisión histórica de modernizar nuestro mando y control de la alianza para enfrentar mejor los desafíos de hoy y de mañana”, dijo. “Este será el cambio más significativo para las Fuerzas de Estados Unidos en Japón desde su creación y una de las mejoras más importantes en nuestros lazos militares con Japón en 70 años”.
“Este comportamiento es una preocupación seria para la alianza y toda la comunidad internacional y representa el mayor desafío estratégico en la región del Indo-Pacífico y más allá”, dijeron los delegados.
La decisión estadounidense de ampliar sus operaciones militares estacionadas en Japón responde esencialmente a la imperante de necesidad de construir una respuesta eficaz frente a cualquier movimiento inusual por parte de China, hablando principalmente de una invasión a Taiwán. En caso de la misma, Estados Unidos teme que la respuesta de sus aliados Corea del Sur y Japón no sean lo suficientemente veloces, como tampoco un despliegue desde la base militar de Guam.
Habiéndonos comunicado con fuentes de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante la cobertura de Escenario Mundial en Washington en febrero del corriente año, los mismos nos advirtieron que buscan reducir el tiempo de respuesta a una incursión china, que hoy se encuentra en aproximadamente seis horas, un retraso importante si las intenciones del gigante norteamericano serían impedir el socavamiento de la soberanía taiwanesa en la Isla de Formosa.
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Fuente: The Washington Times
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