Familiares y autoridades políticas de diversos países conmemoraron ayer el 10mo aniversario del derribo del avión de pasajeros MH17, hecho aberrante que provocó la pérdida de 298 vidas ajenas al conflicto que se libraba por aquel entonces en el este de Ucrania. El Boeing 777 de Malaysia Airlines fue derribado por un misil antiaéreo en 2014 cuando sobrevolaba el oblást de Donetsk.
Inicialmente, el derribo del MH17 generó una nueva controversia ya Rusia y Ucrania afirmaban que el incidente había sido provocado por la parte contraria. Sin embargo, con el paso del tiempo, una posterior investigación internacional iniciada en el Consejo de Seguridad de la ONU por los Países Bajos, Malasia y Australia concluyó que un sistema de misiles 9K37Buk ruso fue el responsable de destruir al Boeing 777 de la línea aérea malaya.
La mencionada investigación brindó mayores precisiones respecto a los autores de tan atroz hecho, concluyendo que los responsables del derribo del MH17 fueron integrantes de la 53ª Brigada de Misiles Antiaéreos de Rusia. La investigación concluyó el sistema antiaéreo Buk fue trasladado a Ucrania desde una base militar rusa cerca de la ciudad de Kursk, regresando una vez que resultó derribado el B777 malayo.
Pese a que Rusia ha negado repetidamente su participación en el derribo, y ha manifestado diversas versiones propias de los hechos, esto no ha impedido que los Países Bajos continúen presionando a través del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En paralelo, el gobierno neerlandés y Australia mantienen un reclamo conjunto en el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional, o OACI, por el presunto papel de Moscú en el derribo del MH17.
El derribo del MH17 caló profundamente en los Países Bajos, ya que 193 personas a bordo del Boeing 777 de Malaysia Airlines eran de esa nacionalidad. “…La catástrofe aérea del MH17 sigue grabada en la memoria de muchos empleados de Defensa. Algunos han participado directamente en el regreso de las víctimas a los Países Bajos…” expresó ayer la cartera de defensa neerlandesa.
“…Nunca lo olvidaré…De repente te encuentras en la pista de aterrizaje de una base aérea, en un silencio sepulcral. Ves largas filas de coches fúnebres. Y entonces te acercas a un avión que ya conoces: hay un gran número de ataúdes dentro y ahora te toca a ti. Con nuestro equipo de transporte llevamos unos 30 ataúdes al coche fúnebre en cuatro días. Estoy orgulloso de ello. Pero no se trata de nosotros. Se trata de las familias en duelo. Tienen que hacer frente a tantas pérdidas…” recordó uno de los integrantes de la Royal Marechaussee que participó en la recepción de los fallecidos en 2014.
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