INVAP, líder nacional en la construcción de satélites, ya tiene su próximo objetivo: si los tiempos acompañan, la empresa tendrá listo en los próximos meses el SABIA-Mar, un satélite encargado por la CONAE.
El SABIA-Mar es el Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar: concebido dentro del Plan Nacional Espacial de la CONAE, esta es una misión de Observación de la Tierra con aplicaciones prioritarias en el estudio del mar y costas.
Una vez operativo, SABIA-Mar brindará información sobre el color y la productividad primaria del mar, los ecosistemas marinos, el ciclo del carbono, la dinámica de las aguas costeras, el manejo de recursos pesqueros, y la calidad del agua en costas y estuarios.
Según sus datos técnicos, a partir de la órbita seleccionada, se podrá obtener una revisita de dos días tanto en el escenario regional (sobre las costas nacionales) como en el escenario global, con una resolución espacial de 200 m y 800 m, respectivamente.
El SABIA-Mar en detalle
Durante la visita del equipo de Espacio Tech, Zona Militar y Escenario Mundial por las instalaciones de INVAP, pudimos dialogar sobre el proyecto con Luis Genovese, gerente del Área de Proyectos Satelitales, María Emilia Martini, jefa de Proyecto de SABIA-Mar, y Javier Chielens, jefe de Proyecto de ARSAT SG1.
Respecto al estado de la misión, Martini adelantó que “la etapa constructiva del satélite está muy avanzada y vamos a comenzar las campañas de calificación ambiental de las unidades. El satélite inició la integración del cableado y este año esperamos culminar la integración de la plataforma de servicio. El desarrollo de las cámaras, que son la carga útil, también está muy avanzado”.
A la hora de analizar qué impulsó a desarrollar este tipo de unidad, Genovese explica que había varias unidades que “miraban las regiones no oceánicas para determinar el estado de salud de la tierra, sobre todo de cultivos. Pero quedaban sin observar dos tercios del planeta, que son océanos y que tienen una gran riqueza y productividad. Y el estado de salud oceánico influye en el estado de salud de la tierra”.
“Recordemos que el satélite tiene cobertura global, entonces cobra relevancia también para la comunidad internacional, ya que no es solo una misión para la Argentina”, agrega. En esta línea, Martini recordó que esta es la primera misión óptica de la Argentina de diseño y fabricación completamente nacional.
Chielens destaca que el Proyecto Pampa Azul tuvo un importante papel a la hora de impulsar el desarrollo de SABIA-Mar. “El Proyecto Pampa Azul trata de darle relevancia a la capacidad productiva que tienen nuestros océanos. Con este satélite se puede calcular la producción de fitoplancton y zooplancton, que es el alimento de los peces. Así, es posible medir la calidad de nuestros océanos, qué está pasando con esa producción y predecir cuán productivos pueden ser”, añade.
Los inicios del proyecto
Por otra parte, consultados sobre el inicio del proyecto, que surgió como un conjunto entre Argentina y Brasil, en un principio ambos países visualizaron la necesidad de tener más información para poder generar un ciclo más virtuoso de explotación de sus océanos.
Según Martini, “al principio, un país iba a desarrollar la carga útil para dos satélites y el otro iba a producir las dos plataformas de servicios. Pero luego, tras un retraso en Brasil, se decidió que Argentina desarrollara ambas cosas”.
En esta línea, Genovese aclara que “se arrancó como un proyecto en conjunto y luego la agencia espacial brasileña priorizó otros proyectos, con lo cual presupuestariamente no pudo atender el compromiso”.
Antes de esa situación, Genovese señala que hubo que tomar una decisión con respecto a la continuidad de la misión. Más recientemente, Brasil ha informado que quiere sumarse a la misión con un satélite propio.
“El objetivo era buscar un paso más de integración regional con Brasil que hubiera sido un ejemplo muy virtuoso sobre el abordaje de misiones de manera conjunta en la región”, opina el gerente.
Por último, a la hora de analizar qué tan beneficioso sería que haya dos satélites SABIA-Mar, Martini detalla que la planificación era que las dos unidades estuvieran volando en la misma órbita, pero a 180 grados, de modo de que en un día tuvieran la revisita de todas las latitudes.
Según Chielens, “tener dos satélites te da más información y es mejor, pero no afecta el requerimiento de ciencia que tiene el satélite. Por lo tanto, Argentina, con uno solo puede satisfacer las necesidades de la misión. Pero será mejor si Brasil también lanza el suyo porque tendríamos más información”.
“Además, si el de Brasil se lanza un tiempo después, esto permitirá extender la vida útil de la misión en su conjunto”, sentencia.
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