China ha manifestado su enérgico rechazo a la reciente venta de armamento por parte de Estados Unidos a Taiwán, calificándola como una grave violación del principio de una sola China y una amenaza directa a la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán. Esta declaración se produce en respuesta a la aprobación por parte del Departamento de Estado estadounidense de una transacción valorada en 360 millones de dólares, que incluye drones y misiles destinados a la isla.
Lin Jian, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, expresó en una conferencia de prensa que esta acción no solo socava la soberanía y los intereses de seguridad de China, sino que también perjudica seriamente las relaciones sino-estadounidenses. Además, advirtió que estas ventas envían un mensaje equivocado a las fuerzas separatistas taiwanesas, alentando sus aspiraciones independentistas.
El detalle de la venta de armas de EE.UU. a Taiwán
La venta más reciente se suma a una anterior aprobada hace apenas dos semanas, que contemplaba la provisión de repuestos y servicios de reparación para aviones de combate F-16 por un valor de 80 millones de dólares. Esta serie de transacciones militares ha sido interpretada por Pekín como un claro respaldo de Washington a las autoridades del Partido Democrático Progresista de Taiwán, a quienes acusa de buscar la independencia a través del fortalecimiento militar.
El gobierno chino ha subrayado que estas acciones contradicen los acuerdos establecidos en los tres comunicados conjuntos chino-estadounidenses, haciendo especial hincapié en el Comunicado del 17 de agosto de 1982. Este documento histórico sentó las bases para la normalización de las relaciones entre ambas potencias y abordó específicamente la cuestión de las ventas de armas a Taiwán.
Lin Jian fue categórico al afirmar que “la mayor amenaza para la paz y la estabilidad a través del Estrecho, y la mayor fuente de daños para el statu quo, son las maniobras separatistas a favor de la ‘independencia de Taiwán’ y la connivencia y el apoyo a tales maniobras de las fuerzas externas dirigidas por EE.UU.”. Esta declaración pone de manifiesto la percepción de Pekín de que Washington está jugando un papel activo en la desestabilización de la región.
Taiwán es una “línea roja” para China
El portavoz chino también recordó que la cuestión de Taiwán representa el núcleo de los intereses fundamentales de China y constituye una “línea roja” en las relaciones bilaterales con Estados Unidos. En este sentido, advirtió que nadie debería subestimar la determinación y capacidad de China para oponerse a cualquier intento de independencia taiwanesa y defender su soberanía e integridad territorial.
Frente a esta situación, el gobierno chino ha instado a Estados Unidos a detener lo que considera una “peligrosa tendencia” de armar a Taiwán. Pekín exige que Washington ponga fin a su apoyo a las fuerzas separatistas y deje de poner en riesgo la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
Este episodio se enmarca en un contexto de crecientes tensiones entre China y Estados Unidos, no solo en relación con Taiwán sino también en otros ámbitos como el comercio y la tecnología. La postura firme de China respecto a su soberanía sobre Taiwán choca con el compromiso de Estados Unidos de apoyar la capacidad de autodefensa de la isla, como lo establece la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979.
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