El presidente Joe Biden emitió el martes una orden ejecutiva que le permitirá suspender parcialmente las solicitudes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México cuando los cruces diarios no autorizados alcancen los 2.500 migrantes. Un alto funcionario del Gobierno estadounidense indicó a periodistas que el límite de 2.500 cruces se activará de inmediato, mientras que la orden finalizará cuando cesen los cruces no autorizados y se aplicará únicamente a la frontera sur, que incluye la frontera terrestre suroeste y las fronteras costeras del sur.
Esta orden introduce tres cambios claves en la ley de asilo bajo el Título 8 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad: la negación del asilo a los migrantes que crucen sin autorización, la exigencia de expresar temor de regreso para acceder a una entrevista de temor creíble, y elevar el estándar para estas entrevistas de miedo creíble a un “estándar de probabilidad razonable de persecución o tortura”, afirmó un funcionario de la administración Biden a Defense One. Esta medida busca acelerar la expulsión de aquellos que no cumplen con los requisitos para permanecer en Estados Unidos.
Durante la firma de la orden, Biden estuvo acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Luján Grisham, y líderes locales de Texas. Biden enfatizó la necesidad de asegurar la frontera y prometió futuras discusiones sobre reformas para un sistema de inmigración más justo y equitativo.
Diversas reacciones
Las reacciones a la orden fueron diversas, líderes republicanos como Mike Johnson y Mitch McConnell la consideran insuficiente. Mientras que demócratas progresistas y grupos de derechos civiles la critican como una prohibición parcial del asilo, contraria a las promesas de campaña de Biden. Por su parte, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles ya anunció planes para impugnar la orden en los tribunales.
En comparación con las políticas de inmigración de la administración Trump, Biden subrayó que su orden no separará a las familias ni discriminará, y sólo se aplicará en momentos de altos encuentros. Sin embargo, la controversia y los desafíos legales parecen inevitables, con críticas que señalan un posible conflicto con las obligaciones internacionales de Estados Unidos de brindar asilo.
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Fuente: Defense One
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