Nayib Bukele ha comenzado su segundo mandato en El Salvador este sábado, destacando que el país ha logrado “librarse del cáncer de las pandillas y la inseguridad,” convirtiéndose en el “más seguro de todo el hemisferio occidental” con una reducción del 97% en los homicidios. Este logro se atribuye al Plan de Control Territorial, iniciado en 2019, y al Régimen de Excepción, vigente desde marzo de 2022, que ha resultado en cerca de 80,000 detenciones.
La ceremonia de toma de posesión se llevó a cabo en el Centro Histórico de San Salvador, con la presencia de varios presidentes de América Latina, como Javier Milei de Argentina y Daniel Noboa de Ecuador, así como del Rey Felipe VI, quien visitó el país por primera vez desde su coronación. La última vez que Felipe VI estuvo en El Salvador fue en 2014, cuando era príncipe de Asturias y Salvador Sánchez Cerén asumió la presidencia.
Bukele enfatizó que sin el éxito en la lucha contra las pandillas, miles de salvadoreños habrían sido asesinados, pero reconoció que, aunque El Salvador ha superado este “cáncer,” la sociedad aún “sigue enferma.” Se comprometió a enfocarse en los problemas importantes, comenzando por la economía, aunque advirtió que para “sanar” la economía “tal vez haya que tomar medicina amarga.” Pidió al pueblo que apoye sin titubeos cada decisión del gobierno, prometiendo hacer de El Salvador un país próspero como lo hicieron seguro.
El presidente, que ganó las elecciones del 4 de febrero a pesar de que varios artículos de la Constitución impedían su reelección, recordó que hace más de 30 años surgió el problema de las pandillas, convirtiéndose en la prioridad de la pasada legislatura iniciada en 2019. Criticó a los gobiernos anteriores por no combatir eficazmente las pandillas, afirmando que sus estrategias empeoraron la situación.
Bukele atribuyó su victoria a la “guía de Dios” y al apoyo incondicional del pueblo salvadoreño, a pesar de las críticas internacionales. Aseguró que el Plan de Control Territorial y el Régimen de Excepción funcionaron gracias al respaldo del pueblo, lo que permitió al país empezar a abordar otros problemas como la economía, salud, educación, infraestructuras y vivienda.
Para mejorar la economía, Bukele resaltó la necesidad de la “guía de Dios,” el trabajo incansable del gobierno y el apoyo continuo del pueblo. Criticó a la oposición por defender una democracia que, según él, solo trajo violencia. Afirmó que en los últimos cinco años, El Salvador ha logrado “más de veinte milagros juntos” al revertir una situación de medio siglo de violencia, y mostró confianza en que pueden lograr lo mismo con la economía, instando a seguir las “recetas” al pie de la letra y proteger su legado.
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Fuente: El Mundo
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