En respuesta al reciente aumento de ataques del grupo rebelde hutí respaldado por Irán contra buques comerciales en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, Estados Unidos y Gran Bretaña han lanzado una ofensiva militar conjunta contra posiciones de los hutíes en Yemen. Según funcionarios estadounidenses, aviones de combate y buques de guerra de ambos países atacaron el jueves una amplia gama de instalaciones subterráneas, lanzamisiles, sitios de mando y control, un buque hutí y otras infraestructuras clave de los rebeldes.
La operación conjunta, en la que participaron cazas F/A-18 del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower y otros buques de guerra estadounidenses en la región, tuvo como objetivo eliminar la amenaza que representa el grupo hutí para la navegación comercial en esas aguas estratégicas.
Además de los ataques aéreos y navales, Estados Unidos abatió ocho vehículos aéreos no tripulados pertenecientes a los hutíes en zonas de Yemen bajo su control, los cuales fueron identificados como una amenaza para las fuerzas estadounidenses y de la coalición.
Esta acción militar se produce un día después de que un dron estadounidense MQ-9 Reaper fuera derribado en Yemen, convirtiéndose en el tercer derribo de este tipo en lo que va de mes. Asimismo, a principios de esta semana, ataques con misiles dañaron en dos ocasiones un buque griego con bandera de las Islas Marshall en el Mar Rojo, frente a las costas de Yemen.
Si bien ningún grupo se atribuyó la responsabilidad de estos ataques contra la navegación civil, las sospechas recaen sobre los rebeldes hutíes, quienes han intensificado sus acciones en los últimos meses. Según la Administración Marítima de Estados Unidos, los hutíes han lanzado más de 50 ataques contra el transporte marítimo, se han apoderado de un buque y han hundido otro desde noviembre.
Esta escalada de violencia por parte de los hutíes ha provocado una disminución en el tráfico marítimo por el Mar Rojo y el Golfo de Adén, dos rutas vitales para el comercio global. En respuesta, los buques de guerra estadounidenses han abatido en la última semana varias lanzaderas de misiles y drones no tripulados que apuntaban a embarcaciones en la región.
El presidente Joe Biden y otros altos funcionarios han advertido en repetidas ocasiones que Estados Unidos no tolerará los ataques de los hutíes contra la navegación comercial. Sin embargo, los contraataques no han logrado disuadir la campaña de los rebeldes contra el tráfico marítimo en la zona.
Esta es la quinta vez que las fuerzas armadas de Estados Unidos y Gran Bretaña llevan a cabo una operación combinada contra los hutíes desde el 12 de enero, lo que refleja la creciente preocupación por la amenaza que representa este grupo para la seguridad marítima en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
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