Los termómetros marcan los 31 grados centígrados pero la sensación térmica aún es mayor, de casi 40 grados centígrados en este sector de la intrincada selva amazónica peruana. Y aunque el sudor cubre sus rostros y mantiene empapados sus uniformes de color verde camuflado, nada les impide mantenerse atentos a lo que pueda pasar en sus destacamentos navales de la frontera. Son los integrantes de una unidad especializada en guerra convencional y no convencional de la Marina de Guerra del Perú, que se halla asentada en el bosque tropical de la región de Loreto.
Demonios de la espesura
Pocas fuerzas armadas en el mundo tienen la oportunidad y el privilegio de contar con un cuerpo de verdaderos combatientes expertos en lucha en la selva del Amazonas, como las del Perú. Y con una experiencia obtenida no solo en entrenamientos ni simulaciones, sino en los conflictos del Falso Paquisha de 1981 y el Alto Cenepa de 1995, que dejaron lecciones de mucho valor.
Hablamos del Batallón de Infantería de Marina de la Amazonía No. 1 “Teniente Segundo Raúl Riboty Villalpando”, cuya misión es proteger la cuenca del río más caudaloso del mundo hasta la línea divisoria con Brasil y Colombia. Se identifican con los ‘Chullachaqui’ o demonios del bosque, en lengua quechua, capaces de mimetizarse con lo que les rodea y esperar pacientemente para ejercer su devastador poder cuando sea necesario.
Navales y nativos
Su origen se encuentra en 1967, cuando empezaron a llegar los primeros elementos de la Infantería de Marina procedentes de Lima, con la misión de aprender los secretos del combate amazónico y empezar a instalar puestos de vigilancia fronteriza que hasta la época solo tenía el Ejército Peruano.
Estos oficiales y suboficiales formados en Ancón -base principal de la Infantería de Marina en Lima- como marinos profesionales, empezaron a incorporar y entrenar a personal “nativo” del servicio militar obligatorio.
En realidad, eran jóvenes mestizos que en algunos casos eran descendientes de las principales tribus selváticas, como los Boras, Yaguas, Capanahuas, Huitotos y Cocamas, incorporados a la civilización por misioneros evangélicos.
Ellos viven en las comunidades alrededor de la ciudad de Iquitos, y dominan los secretos ancestrales para la supervivencia en ambientes selváticos, y sobre todo son conocedores de las complejidades de la lucha en la jungla.
Espíritu guerrero
Entre los años 1976 y 1981, fueron parte de la Escuela Básica de Infantería de Marina, formando una Compañía, hasta que el 2 de julio 1982 y en base a ello surge oficialmente el Destacamento de Infantería de Marina con sede en Iquitos. En ese momento ya habían tenido una llamada de alistamiento y se encontraban en alerta, con motivo del conflicto del Falso Paquisha que se libró con las fuerzas armadas del Ecuador en enero de ese año.
La experiencia señaló la necesidad de tener una unidad de combate plenamente activa en esa región de la selva, y por eso el 13 de julio de 1998 nace el Batallón de Infantería de Marina de Selva No. 1 de la Fuerza de Infantería de Marina.
Su nombre, “Teniente Segundo Raúl Riboty Villalpando”, lo recibe en 2000, y es en honor a quien cayera en combate contra Sendero Luminoso el 13 de agosto de 1991 en un paraje del departamento también amazónico de Ucayali.
Por cierto, esta unidad de combate tiene su gemela, el Batallón de Infantería de Marina de la Amazonía No. 2 “Teniente Primero Sergio Gonzales Quevedo”, ubicado en la región Ucayali, a 537 kilómetros de distancia o tres días de navegación.
Contra los ilícitos
Hoy, esta unidad reconocida por la férrea disciplina de sus integrantes y su flexibilidad para operar entre el Putumayo y el Amazonas, está desplegada en los destacamentos navales fronterizos de Gueppi, El Estrecho, El Álamo y Chimbote.
A partir de allí realizan, principalmente, misiones de control de tráfico fluvial, enfrentando las acciones ilícitas de los elementos armados del narcoterrorismo que intentan cruzar la frontera para traficar drogas o armas.
Desde su sede principal, en la base naval de Iquitos, están especializados en patrullaje y asalto fluvial desde las lanchas construidas en el SIMA Iquitos o los aerodeslizadores tipo Hovercraft Griffon GH-2000 TD (M), dotados de ametralladoras Dillon M-134D/H de 7,62 x 51 mm. y Browning M-2HB de 12,7 mm.
En estas misiones interactúa con el Grupo de Operaciones Especiales No. 3, y la Comandancia de la Flotilla de Unidades Fluviales -las cañoneras-, a la que brinda personal para sus despliegues operacionales.
El equipamiento
Los infantes de marina amazónicos disponen de dos tipos de arma principal: el veterano y fiable fusil de asalto FN Herstal FAL de 7,62 x 51 OTAN, y el Daewoo K-2 de 5,56 x 45 OTAN con culata rebatible.
Equipos especiales dentro de la unidad, como los Comandos Anfibios de Infantería de Marina, cuentan con los más compactos FN F2000S, Bushmaster Carbon-15 y los IWI Gail SAR, de 5,56 x 45 OTAN.
Hay también escopetas Winchester 1300 Marine Defender y fusiles de francotirador McMillan TAC-50 A1R2 y US Ordnance M40A5; más las ametralladoras FN Minimi y FN MAG 360, M-50 de 7,62 x 51 OTAN y Browning M2 HB 12,7 x 99 OTAN.
Así también, los Milkor MGL para lanzar granadas de 40 x 46 y los morteros sudafricanos Denel M-8 y M-1, de 81 y 60 mm, respectivamente, junto a los más potentes Soltam K-6 de 120 mm.
Si bien el Perú, afortunadamente, se lleva bien con sus vecinos y no existe tensión alguna a nivel internacional, sí mantiene una silenciosa lucha contra los remanentes de Sendero Luminoso en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde están presentes los efectivos del Batallón de Infantería de Marina de Selva No. 1 de la Fuerza de Infantería de Marina.
Tal vez te interese La Fuerza Aérea del Perú incorpora un nuevo Alarus CH-2000 ensamblado localmente por SEMAN
Si te gustó este artículo, seguinos con un click en y suscribite a nuestros videos en YouTube .