Esta semana se difundió en la prensa internacional, los extraordinarios resultados logrados por estudios geológicos desarrollados por Rusia en la Antártida, reservas por más de 510.000.000.000 de barriles de petróleo y gas, colocan a la región como una de las principales reservas del planeta, la ubicación de dichas reservas, próximas a la plataforma submarina de la península Antártica, transforma a ese sector en una zona de competencia ineludible para la Argentina.
Dicho descubrimiento, muestra la fragilidad del tratado antártico y expone los desafíos que tendrá que afrontar la República Argentina, si pretende hacer pleno ejercicio de su soberanía sobre los territorios en disputa, una vez que finalice, en el año 2048, el statu quo fijado por el Tratado Antártico, el mismo fue firmado en 1959 por Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión del África del Sur, Rusia, Reino Unido y los Estados Unidos. Allí se especifica que la Antártica se utilizará “exclusivamente para fines pacíficos”.
La confluencia de reclamos territoriales que se da en la península antártica, entre Argentina, Chile y el Reino Unido, no se da en otras partes del continente blanco, ya que los espacios en disputa no se superponen, en tal sentido, los demás actores, reconocen mutuamente sus espacios, situación que no se da en la prolongación de la cordillera de los Andes en la Antártida. Asimismo, a esta situación de conflicto, hay que agregar la disputa no resuelta con el Reino Unido, por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
Este descubrimiento, torna al Atlántico Sur en una zona de potencial conflicto, que involucra a dos continentes, y cuatro potencias extra-regionales, Rusia, que con su exploración científica sísmica pone en crisis el tratado antártico en cuanto a su finalidad de preservación del medio ambiente; asimismo, en los últimos 20 años, China se transformó en un actor relevante también en la región, con el despliegue de su flota pesquera, la infraestructura critica como la estación de observación espacial en Bajada del Agrio en Neuquén o el mega puerto Chancay en el Perú, sumado al enclave militar del Reino Unido en Mount Pleasant en las Islas Malvinas, convulsionan las aguas próximas a Tierra del Fuego y al estrecho de Magallanes.
Por coincidencia o no, dicha noticia se da en circunstancias en que se dirige al sur el portaviones USS George Washington, escoltado por el destructor el USS Porter y apoyado por el petrolero USNS John Lenthall; en tal sentido, la posición de nuestro gobierno de acercamiento a la OTAN como socio global, sumado a la visitas de la General Laura Richarson a cargo del Comando Sur Norteamericano, con injerencia en esta región, y de William J. Burns, titular de la Central de Inteligencia de Estados Unidos, muestran el real interés en esta zona de creciente competencia y tensión.
En la actualidad la región menos poblada de la Argentina se encuentra en la Patagonia, que a su vez posee, importantes y variados recursos energéticos que van desde el petróleo, el gas, como así también energía hidroeléctrica y eólica.
*Fotografías empleadas a modo de ilustración.
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