Después del F-16 – Estos son los urgentes requerimientos de reequipamiento de las Fuerzas Armadas Argentinas

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Luego de una larga odisea de evaluaciones y consideraciones de gobiernos previos, Argentina avanzó de manera histórica con la compra de los 24 F-16A/B MLU a Dinamarca para la Fuerza Aérea. Y no sólo estamos hablando de la compra de cazas supersónicos, sino que, por primera vez en décadas, podemos destacar la incorporación de un sistema de armas: con sus equipos complementarios, elementos, material, soporte, armamento, y un largo etcétera. Sin embargo, si bien la agenda se encuentra “monopolizada” de cierta forma, el Ejército Argentino y la Armada Argentina tienen requerimientos particulares que parten desde costos más bajos que la compra del F-16, o, en algunos casos, hasta más altos. Es importante mencionar que, a pesar del reciente avance con la Fuerza Aérea Argentina, el mismo deberá ser sostenido para las Fuerzas Armadas en general.

Ejército Argentino – Tríada de intenciones y una evaluación futura

VCBR M1126 Stryker. Créditos: Sgt. Jerod Hathaway

Al pensar en los requerimientos del Ejército Argentino, el Vehículo de Combate Blindado a Ruedas (VCBR) es el primero de una lista de tres candidatos a incorporaciones futuras. Si bien el Ministerio de Defensa indica ciertos avances con la propuesta por Stryker en diferentes variantes, tales como el M1126 de transporte de infantería, VCI M1296 Dragoon, M1134 anti-tanque, VCTM M1129 (mortero de 120mm), VCPC M1130, M1133 de evacuación médica y el M1132 para ingenieros; también se incorporaron recientes ofrecimientos de otros países. Uno de ellos es el LAV III a través de un propuesta de la Corporación Comercial de Canadá. Sin embargo, hasta ahora el contrato que se viene formulando solo contempla una baja cantidad de unidades, buscando avanzar luego con el número final que necesite el Ejército. El temor de esto último es que la Fuerza no termine satisfaciendo su necesidad operacional con las incorporaciones, terminando con simplemente una decena de unidades. Cabe destacar, que la incorporación de los VCBR implica un costo menor a comparación de las recientes adquisiciones.

Por otra parte, como segundo punto nos encontramos nuevamente frente Programa de Modernización TAM 2C-A2 que, si bien la última gestión en defensa pudo avanzar con algunos puntos principales, este no ha mostrado avances significativos desde el cambio de gestión. Historia que se repite desde los últimos años. ¿Pasará lo mismo con la incorporación de helicópteros medianos? Otra cuestión que se formula y reformula desde las últimas gestiones en Defensa. Si bien se han difundido diversos candidatos y alternativas al respecto, aún se necesita el impulso y apoyo desde el Ministerio de Defensa para concretar una decisión -o consideración oficial- para que Argentina vuelva a contar con medios de ala rotatoria modernos.

Finalmente, otro de los puntos a considerar son los nuevos sistemas de artillería autopropulsadas, siendo a ruedas o a orugas. Es importante destacar por ejemplo que Brasil continúa avanzando con incorporaciones de ambas categorías, involucrando por ejemplo el ATMOS de origen israelí, que Argentina también ve con muy buenos ojos; pero no existe impulso alguno desde el Ministerio de Defensa, por ahora, para su adquisición.

Armada Argentina

Si nos enfocamos en los 4 patrulleros oceánicos adquiridos a Francia, podemos detallar que más allá de destinar recursos al control de las jurisdicciones marítimas, no existieron inversiones de similar calibre para otras áreas que permitan recomponer capacidades de la Armada Argentina. Si bien es la Fuerza que, en términos económicos resulta de las más caras en cuanto a la incorporación de material, es preciso recalcar que actualmente posee una flota de superficie con más de 40 años de antigüedad. Se busca, como objetivo principal, cumplir con la proyección marítima: si bien la gestión previa buscaba incorporar los buques LST de la línea Damen, a través de opciones de construcción local, el mismo no cumple con los requerimientos de la Armada, siendo solo es capaz de transportar un pequeño número de vehículos y tropa, y posee un desplazamiento bajo. Un opción que se viene barajando como oportunidad es la adquisición de buques de asalto anfibio mayores dimensiones que serán dados de baja por la Armada Italiana próximamente, como la realización de entrenamientos combinados con esta fuerza.

¿Es realmente necesario continuar dependiendo de ofrecimientos extranjeros para entrenamientos de nuestra flota, sin incorporar material o sistemas de armas nuevos? Otro punto a considerar puede ser el recambio o modernización de los buques de superficie, que si bien son inversiones altas, son necesarias para la Armada Argentina. Otra opción, es la incorporación de sistemas de segunda mano, o la inversión en buques multipropósito y sistemas de defensa aérea.

Otra interrogante es ¿Qué sucederá con los submarinos? Es actualmente el proyecto más caro y que se extendería por espacio de más de una gestión. Por un tema de costos, la incorporación de sistemas nuevos es una discusión que podría durar durante otros largos años hasta tomar la decisión final. Sin embargo, la actual gestión podría avanzar con la adquisición de un submarino de segunda mano, sin la necesidad de que sea 100% nuevo. Para ello, necesitamos conexión política con los países que previamente ofrecieron sus opciones a la Argentina.

*En futuras entregas abordaremos con mayor profundidad los item y proyectos señalados.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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