Los analistas militares afirman que un misil Rocks mejorado producido por la empresa israelí Rafael llevó a cabo el ataque que destruyó el radar del sistema de defensa aérea S-300 de fabricación iraní. Aunque Israel no ha reconocido la responsabilidad por el ataque, es evidente que se llevó a cabo como una forma precisa de represalia por los 350 misiles de crucero y balísticos y drones armados que Irán había lanzado contra objetivos israelíes.
El ROCKS, un misil aire-superficie de rango extendido de nueva generación, está diseñado para golpear objetivos estacionarios y móviles en entornos donde la señal GPS no está disponible, según un anuncio oficial de Rafael. Equipado con una cabeza explosiva de fragmentación o penetración, el misil puede neutralizar objetivos subterráneos o fuertemente fortificados en la superficie.
Según la empresa israelí, el piloto asigna una misión al misil antes de su lanzamiento. La misión incluye coordenadas del objetivo, ángulo e inclinación de impacto, datos de imágenes topográficas y otra informacion. El ROCKS es lanzado bien fuera del área defendida por sistemas antiaéreos y sigue una trayectoria de alta velocidad para minimizar la probabilidad de pérdida tanto de la aeronave lanzadora como del misil, garantizando así un alto éxito en la eliminación del objetivo.
Durante su trayectoria intermedia, el misil utiliza su sistema de navegación inercial/GPS para la guía, mientras que la guía hasta la destrucción del objetivo se realiza mediante su tecnología de emparejamiento de escenas o capacidad de Anti-Radiación, superando cualquier intento de interferencia GPS.
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