A pesar de las crecientes advertencias de Estados Unidos, Ucrania parece decidida a continuar su ofensiva con drones de largo alcance contra objetivos industriales y de infraestructura en territorio ruso. Esta determinación ha generado tensiones con su principal aliado occidental en el conflicto contra Moscú.
Según un reciente informe de la reconocida revista The Economist, las fuerzas ucranianas han desarrollado aviones no tripulados capaces de alcanzar blancos a más de 3.000 kilómetros de distancia, lo que les permitiría acceder a objetivos incluso en la lejana Siberia.
Estos ataques en profundidad, particularmente sobre refinerías de petróleo rusas, han despertado la preocupación de funcionarios estadounidenses, quienes temen que puedan desestabilizar los mercados energéticos globales e impactar en los precios internacionales.
“Hasta ahora, Ucrania está ignorando el consejo estadounidense de suspender los ataques”, afirma la publicación, citando a fuentes oficiales de Kiev que admiten no haber recibido órdenes de detener las operaciones con drones.
“Nuestros objetivos cambian cada día; mantenemos a los rusos alerta”, declaró un oficial de inteligencia ucraniano involucrado en el programa, dejando en claro que si bien los ataques a refinerías han disminuido recientemente, esto podría ser temporal.
Desde que el presidente Volodímir Zelenski dio prioridad al desarrollo de esta tecnología, Ucrania ha invertido cientos de millones de dólares en la fabricación de drones de largo alcance, capaces de buscar y atacar blancos estratégicos en el interior de Rusia.
Actualmente, media docena de empresas ucranianas se dedican a ensamblar estas aeronaves no tripuladas, algunas de las cuales ya han logrado infligir daños considerables a la infraestructura petrolera y militar rusa.
Sin embargo, esta campaña ha generado inquietud en Washington, que teme una escalada descontrolada del conflicto si Moscú responde con ataques similares contra instalaciones ucranianas.
No todos en el gobierno estadounidense parecen estar de acuerdo con la postura oficial de limitar los ataques ucranianos. Según un fabricante de drones, algunos funcionarios les han manifestado en privado su apoyo para continuar apuntando a la producción industrial rusa.
“En privado nos dicen que sigamos adelante”, reveló la fuente, quien además anticipó una expansión del programa de drones de Ucrania en los próximos meses. “Rusia está quemando la tierra ucraniana; es hora de que nosotros hagamos lo mismo con la [parte de] Rusia europea”, sentenció.
En medio de estas tensiones entre aliados, la ofensiva ucraniana con drones continúa desafiando los llamados de moderación de Washington. Mientras Kiev busca ampliar su capacidad de atacar objetivos estratégicos en el interior de Rusia, la Casa Blanca enfrenta el delicado desafío de contener una escalada sin socavar el vital apoyo militar a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.
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