Hace más de dos años, Rusia tomó el control de la central nuclear de Zaporizhzhia en Ucrania, la más grande de Europa, marcando el primer conflicto bélico en un país con instalaciones nucleares avanzadas, lo que señala un nuevo riesgo para la seguridad nuclear. Durante este tiempo, la planta ha sido objeto de varios ataques, afectando sus edificios, líneas eléctricas externas y el suministro de agua de refrigeración.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional para mitigar estos riesgos mediante la presencia de expertos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) en el sitio, Rusia planea reiniciar la planta, a pesar de la inseguridad y los desafíos técnicos que presenta.
Según la OIEA, la planta no estaría habilitada para su uso
A pesar de las resoluciones de la OIEA instando a la retirada de fuerzas militares y la devolución de la planta a las autoridades ucranianas, Rusia parece ignorarlas, lo que aumenta los riesgos de un posible accidente nuclear.
La próxima Conferencia Internacional sobre Seguridad Nuclear de la OIEA parece no abordar adecuadamente el tema de proteger instalaciones nucleares en zonas de conflicto, lo que refleja una falta de enfoque en el problema por parte de la comunidad internacional.
A pesar de las propuestas y discusiones en diversos foros sobre cómo abordar este nuevo perfil de riesgo, la efectividad de las soluciones propuestas aún está por verse. Sin embargo, es crucial que la comunidad internacional continúe discutiendo y buscando formas de abordar estos desafíos para mantener la seguridad nuclear en medio de conflictos como el de Zaporizhzhia.
Fuente: Bulletin of the Atomic Scientists
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