Los analistas han comenzado a especular que Japón podría convertirse en una futura superpotencia naval, especialmente en lo que respecta a los portaaviones. Este análisis contrasta con la postura históricamente no ofensiva de la isla, pero la modernización de ciertos buques de gran porte por parte de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón refleja una evolución hacia una estrategia defensiva más robusta y una capacidad militar considerable.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Japón renunció a la guerra cómo derecho soberano de la nación, lo que llevó a sus fuerzas a abandonar el potencial bélico que venían construyendo.
Sin embargo, esta semana, en el mismo puerto donde el portaaviones Amagi fue hundido, Japón presentó su recientemente modernizado buque de guerra JS Kaga, que fue modificado recientemente para albergar el Lockheed Martin F-35B Lightning II. Este último es un caza desarrollado para operar desde los buques de asalto anfibios de la Armada de los Estados Unidos y embarcaciones similares.
Lo que explican los expertos es que la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF) ha operado el JS Kaga (DDH-184) como un portahelicópteros multiusos desde 2015. Hasta la fecha, este ha sido descrito por Tokio como un “destructores de operaciones multipropósito”, ya que su principal objetivo era buscar y destruir submarinos en la autodefensa de Japón.
La transformación del buque de la clase Izumo, especialmente el JS Kaga, para acomodar aviones de combate de ala fija como el F-35B, marca un cambio significativo en la estrategia de defensa de Japón. Aunque originalmente operado como un portahelicópteros de propósito múltiple, el JS Kaga ahora puede funcionar efectivamente como un portaaviones, lo que refleja la evolución de las capacidades de defensa marítima de Japón en respuesta a los desafíos geopolíticos actuales.
Lo importante de ello es que la reconfiguración de la cubierta de vuelo en forma rectangular del JS Kaga, similar a la de los buques de asalto anfibios de clase América de la Armada de los Estados Unidos, permite que los aviones de combate despeguen de manera segura. Además, las modificaciones realizadas en el JS Izumo, junto con el JS Kaga, preparan a Japón para apoyar su próxima flota de aviones F-35B.
A pesar de estas transformaciones, Japón evita etiquetar explícitamente a los buques de la clase Izumo como portaaviones, en consonancia con su postura defensiva y constitución pacifista. Sin embargo, estas modificaciones representan un importante paso adelante en las capacidades de defensa de Japón y refuerzan su capacidad para colaborar estrechamente con aliados como Estados Unidos en materia de seguridad regional.
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