Afganistán está nuevamente emergiendo como un centro de actividad terrorista, según indican expertos, con el grupo Estado Islámico-Khorasan (ISIS-K) consolidando su poder y extendiendo su red de yihadistas por todo el mundo. El reciente y devastador ataque en Moscú, en el que murieron al menos 143 civiles en una operación reivindicada por ISIS-K, ha aumentado las preocupaciones en Europa sobre el resurgimiento del extremismo islámico.
La amenaza yihadista en Afganistán se ha vuelto significativa nuevamente. Después de un período de estancamiento o disminución después de 2018, dos eventos han cambiado la situación. Los ataques de Hamás contra Israel y el conflicto resultante movilizaron a islamistas y yihadistas a gran escala. Además, la creciente ambición de ISIS-K, como único afiliado de ISIS capaz de realizar ataques terroristas en países no musulmanes, ha sido notable.
ISIS-Khorasan es una rama del Estado Islámico que opera principalmente en Afganistán. Surgió tras la derrota de la organización matriz en 2017-2018 y se ha convertido en uno de los grupos terroristas más peligrosos. El grupo atrajo la atención mundial con un ataque suicida en el aeropuerto de Kabul en 2021, durante la retirada de las tropas estadounidenses. Posteriormente, se atribuyó un ataque suicida mortal en la embajada rusa en Kabul en 2022.
¿Occidente se encuentra en peligro?
A pesar de la oposición de los talibanes, ISIS-K mantiene una presencia en Afganistán y tiene la capacidad de llevar a cabo operaciones en otras partes del mundo. Según un informe de la ONU de 2024, ISIS-K ha reclutado activamente en países vecinos, como Tayikistán y Uzbekistán, para establecer una red regional de células yihadistas.
La retirada de las tropas occidentales de Afganistán ha permitido a ISIS-K fortalecerse. La presión ejercida por estas tropas había disminuido significativamente. Los talibanes, aunque hostiles a ISIS-K, carecen de la capacidad para eliminar sus refugios seguros. El aumento de la actividad de ISIS-K representa una amenaza para Occidente. El grupo busca superar a otros movimientos extremistas mediante la realización de ataques audaces y el aumento de su presencia internacional.
Autoridades de varios países europeos han realizado arrestos de presuntos reclutas de ISIS-K, acusados de planear ataques terroristas. Sin embargo, ISIS-K ha demostrado un aumento en sus capacidades, según expertos. Francia, que será anfitriona de los Juegos Olímpicos, ha elevado su alerta terrorista después de los tiroteos en Moscú.
Las acciones de los talibanes para reprimir a ISIS-K en Afganistán han sido insuficientes, según el general Michael ‘Erik’ Kurilla, comandante del Comando Central de Estados Unidos. ISIS-K sigue siendo una amenaza para los intereses occidentales en el extranjero.
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