En el día de ayer, las tensiones en América Latina se agudizaron luego de que la policía de Ecuador irrumpiera el viernes por la noche la embajada de México en Quito, con el objetivo de detener al ex vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, que tenía asilo político mexicano. La respuesta por parte del gobierno de Noboa se basó en que Glas estaba “condenado a pena privativa de libertad por la justicia ecuatoriana”, y que “ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político”, en respuesta a las acusaciones mexicanas.
El hecho generó amplias repercusiones a lo largo del continente que, en su gran mayoría, se posicionó contra el accionar ecuatoriano. Y fue a través de la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, que México anunció el rompimiento de sus relaciones diplomáticas con Ecuador por “infracciones al principio de inviolabilidad de los locales y del personal diplomático mexicano establecido en Ecuador”, siendo contrarias a las normas principales para la convivencia internacional.
Lo cierto es que el presidente ecuatoriano Daniel Noboa ahora debe afrontar un rechazo diplomático generalizado por países de toda América Latina, de izquierda o derecha, y de organizaciones como la OEA y Naciones Unidas. El colombiano Gustavo Petro afirmó que la Convención de Viena se había roto y que su país “respetaba el derecho universal al asilo político”. Inmediatamente, Nicaragua mostró un accionar similar, al igual que Brasil, Venezuela, Chile, Argentina y Perú.
Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, expresó preocupación por la situación y pidió “moderación” a ambos países. En un comunicado firmado por su portavoz, Stéphane Dujarric, se afirma que “el secretario general está alarmado por el ingreso forzoso de fuerzas de seguridad ecuatorianas a las instalaciones de la Embajada de México en Quito” y que “el principio cardinal de la inviolabilidad de los locales y del personal diplomático y consular debe respetarse en todos los casos, de conformidad con el Derecho Internacional”. También advierte en el mismo que “las violaciones de este principio ponen en peligro la búsqueda de relaciones internacionales normales”.
Desde Estados Unidos, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró que “Estados Unidos condena cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y se toma muy en serio las obligaciones de los países bajo la ley internacional de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas”. Asimismo, puntualizó en que “México y Ecuador son socios cruciales de los Estados Unidos y ponemos un alto valor a nuestras relaciones con ambos países. Urgimos a las dos naciones a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales”.
Argentina, por su parte, emitió un comunicado de carácter técnico afirmando que el país “se une a los países de la región en la condena a lo sucedido anoche en la Embajada de México en Ecuador y llama a la plena observancia de las disposiciones de aquel instrumento internacional así como de las obligaciones que surgen de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”.
La actualidad de la tensa situación
Este domingo, la embajada mexicana en Quito todavía permanecía rodeada por policías, además de que la bandera del país había sido removida de su asta en el patio según constató un fotógrafo de AFP. La última comunicación de López Obrador sobre el hecho fue cuando pidió a sus connacionales “comportarse con mucha prudencia para evadir el acoso” en medio de la tensión diplomática.
Mientras desde el gobierno mexicano anunciaron que su delegación en Ecuador regresará al país el domingo en un vuelo comercial y que la embajada en Quito estará cerrada “indefinidamente”, también se notificó que la nación dirigida por López Obrador “recurrirá a la Corte Internacional de Justicia para denunciar la responsabilidad de Ecuador por violaciones al derecho internacional”.
Por su parte, 51 legisladores del partido Revolución Ciudadana afirmaron que se conformarán como miembros de la oposición en la Asamblea Nacional ecuatoriana a modo de protesta por la situación actual. Sin embargo, el gobierno de Noboa continúa afirmando que el motivo principal de la irrupción a la embajada mexicana radica en que existía un “inminente riesgo de fuga del país”. Asimismo, la titular de la cartera diplomática ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, declaró que su gobierno “agotó el diálogo” con México antes de que sea necesaria la operación policial.
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