En las últimas semanas, miles de marines estadounidenses han estado realizando ejercicios en una de las regiones más frías e implacables del mundo: el Ártico. Mientras algunos operan en el frío extremo y las grandes altitudes de Alaska, la II Fuerza Expedicionaria de Marines (II MEF) se unió a otras fuerzas de la OTAN en el norte de Noruega como parte de los ejercicios Nordic Response de la alianza.
Estos ejercicios forman parte de las maniobras conjuntas de la OTAN de mayor envergadura, conocidas como Steadfast Defender 2024, en las que participarán 90.000 militares de más de 14 países y que se prolongarán hasta finales de mayo. Según la OTAN, el objetivo es “demostrar la capacidad de la alianza para desplegar rápidamente fuerzas desde Norteamérica y otras partes de la alianza para reforzar la defensa de Europa”.
Desde que Rusia atacó a Ucrania en febrero de 2022, los ejércitos de los países de la OTAN han estado estudiando y poniendo a punto técnicas y estrategias para repeler mejor una posible invasión rusa de un país miembro de la alianza. Noruega ha sido durante mucho tiempo un campo de entrenamiento en climas fríos para los aliados de la OTAN, y la serie de ejercicios Cold Response comenzó en 2006, aunque cambió de nombre este año debido a la ampliación para incluir a los nuevos socios escandinavos, Finlandia y Suecia.
En uno de los últimos ejercicios, se planteó a las tropas un escenario hipotético en el que se había producido una incursión transfronteriza desde el este, y debían expulsar a los invasores. El II MEF, el grupo de respuesta rápida del ejército estadounidense, recibió la orden de retrasar al hipotético enemigo para que los “refuerzos” tuvieran tiempo de llegar.
Para las tropas estadounidenses, el clima sigue siendo un desafío como el que más. Tras años de batallas en las áridas condiciones desérticas de Irak y Afganistán, los marines se han sumergido de lleno en el “crudo frío” del Ártico. El general al mando de la II MEF, teniente general David A. Ottignon, dijo que los ejercicios fueron diseñados para construir “el valor, las habilidades y la determinación dentro de cada infante de marina para que puedan operar en cualquier clima y lugar”.
Funcionarios estadounidenses y noruegos están al tanto de la presencia de buques rusos en la zona vigilando los ejercicios, y han señalado el aumento del uso por parte de Rusia de la interferencia de señales en los últimos tiempos. La semana pasada, se sospechó que Rusia había interferido las señales de un avión militar en el que viajaba el Secretario de Defensa del Reino Unido, Grant Schapps.
El Ártico como región estratégica para la OTAN y Rusia
El Ártico es ya una región crítica para Rusia y la OTAN. Un informe publicado el año pasado por el think tank Brookings Institution afirmaba que, aunque la guerra de Ucrania seguiría “drenando” los activos militares rusos, “el Ártico seguirá siendo una región prioritaria para el ejército ruso”. Señalaba que Rusia tenía o estaba construyendo 30 instalaciones militares o de doble uso en el Círculo Polar Ártico, incluidas instalaciones nucleares y bases aéreas, entre otras cosas.
La lucha por el poder en la región se debe en parte al deshielo del mar, que ha contribuido a crear nuevas rutas marítimas en verano. También se lucha cada vez más por los recursos naturales de la región, como el petróleo y el gas natural.
En medio de esta creciente tensión, las amenazas de Vladimir Putin han sido contundentes. El presidente ruso respondió con dureza a las sugerencias del presidente francés, Emmanuel Macron, de que la OTAN podría enviar tropas a Ucrania, advirtiendo que Rusia estaba preparada para una guerra nuclear si Estados Unidos desplegaba tropas en el país invadido.
Mientras las tropas rusas siguen preocupadas en Ucrania, el teniente general sueco Carl-Johan Edstrom ha dicho que es solo cuestión de tiempo antes de que Rusia represente una amenaza para los países de la OTAN: “Estoy seguro de que Rusia es una amenaza, sí, y tenemos que ser más fuertes en los próximos cinco a diez años”, declaró a la BBC.
En este contexto de creciente tensión geopolítica y ambiciones estratégicas en el Ártico, las maniobras militares de la OTAN en la región buscan fortalecer la posición de la alianza y enviar un mensaje de fuerza a Rusia, mientras se preparan para hacer frente a posibles escenarios de conflicto en un territorio clave para los intereses de ambas potencias.
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Imágenes: Sitio oficial de la OTAN
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