Crisis climática y humanitaria, ¿por qué Sudán del Sur debería importarnos?

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En la era de la ebullición global, como lo mencionó el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, la aceleración de la crisis climática expone y aumenta los riesgos globales. En Sudán del Sur es donde confluyen y exacerban problemas interrelacionados derivados del cambio climático, los conflictos y estructuras gubernamentales débiles, lo cual nos advierte sobre los desafíos futuros y cómo la acción, mitigación y adaptación, o inacción condicionan la evolución de los hechos.

En 2011, Sudán del Sur se independizó luego de un referéndum con el 98% de los votos a favor. Sin embargo, en diciembre de 2013 se inició una guerra civil sangrienta a causa del enfrentamiento entre el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán y las facciones disidentes del presidente Salva Kiir. En 2020, se firmó un acuerdo de paz entre el gobierno cívico-militar y algunos grupos armados, pero la violencia no cesa y aún se manifiestan enfrentamientos entre grupos rebeldes.  

Sudán del Sur se encuentra ubicado dentro de las áreas más vulnerables a sufrir las consecuencias del cambio climático que tienden a empeorar conforme a las previsiones de aumento de la temperatura media global. La distribución de los recursos naturales, la escasez de agua, los cambios en el suelo, la alteración de las áreas de cultivo, la inseguridad alimentaria y el aumento de enfermedades infecciosas son algunos de los riesgos para regiones como el Norte de África, África Subsahariana, Medio Oriente y Sudeste Asiático.

Las condiciones climáticas extremas son devastadoras. Lluvias sin precedentes que se registran desde 2021 entre los meses de junio y octubre, han provocado inundaciones en diferentes áreas del país, lo cual, aisló a comunidades completas y agravó en las zonas rurales más pobres la falta de acceso a recursos básicos. Entre los estados más afectados se encuentran, Junqali, Unidad, Alto Nilo y Bar el Gazal del Norte.

La disminución de la producción agrícola obligó a las personas a dejar sus hogares y sus campos, quedando expuestos a la inseguridad alimentaria y a enfermedades como la malaria y el cólera. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas proyecta que 1.6 millones de niños menores de 5 años podrían sufrir malnutrición a mediados de este año. Sumado a ello, la crisis económica ha incrementado en un 120% el precio de los alimentos desde abril de 2023.

La débil estructura gubernamental de Sudán del Sur, no logra dar respuesta a la crisis humanitaria, incluso se agudiza debido a los conflictos internos caracterizados por la violencia, la explotación y el abuso hacia mujeres y niños. Además, desde abril de 2023, la guerra civil en Sudán entre el Ejército Nacional de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, asciende el número de refugiados que se dirigen hacia Sudán del Sur.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) informó que hasta diciembre de 2023, alrededor de 475.549 personas habían cruzado la frontera desde Sudán hacia Sudán del Sur, refugiados, muchos de ellos retornados que habían dejado el país tras años de conflicto. Para ellos, la situación continúa siendo compleja y peligrosa, el colapso de la asistencia humanitaria sumada a las condiciones climáticas adversas terminan por ubicar a la mayoría de los retornados en espacios caracterizados por la competencia en el acceso a recursos, como es el caso del punto fronterizo de Joda en el estado del Alto Nilo.

En este escenario, ¿existen alternativas para superar esta situación dramática? La ayuda humanitaria continúa siendo parte de la respuesta. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) no solo actúa para brindar asistencia, sino que ofrece soluciones de mitigación a mediano y largo plazo. Por ejemplo, en Rubkona, estado de Unidad, se recuperaron 50 hectáreas de tierra gracias a la construcción de más de 80 kilómetros de diques, permitiendo a los pobladores regresar a sus lugares luego de la inundación.

El caso de Sudán del Sur no es aislado, es el ejemplo de cómo las consecuencias del cambio climático son complejas, multidimensionales y recrudecen contextos vulnerables. El concepto de ebullición global es un llamado a actuar frente a los múltiples desafíos para las actuales y futuras generaciones, en donde, fortalecer la resiliencia se presenta como imprescindible.

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Equipo de redacción de El Estratégico

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