Porqué las Fuerzas Armadas de Perú no pueden ni deben deshacerse de sus helicópteros “Hip” de origen ruso

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Las noticias desde Ecuador sobre la fallida entrega de sus sistemas de armas de fabricación rusa a cambio de material de origen norteamericano, llamaron la atención en el Perú, un usuario de larga data de tecnología ex soviética (hoy rusa). El tema ya se había abordado hace poco más de un año, cuando desde el Comando Sur de Estados Unidos se instó a varios países latinoamericanos a donarlos a Ucrania, reemplazándolo por otros de manufactura norteamericana. En el caso peruano, la oferta puso sobre el tapete el estado de los RSK MiG-29C, de los que solo 5 monoplazas y 1 biplaza completaron su modernización al estándar SMP. Sin embargo, hoy no vuelan.

Sin embargo, lo más tentador para un supuesto intercambio estaría en la numerosa flota de helicópteros de la familia Mil Mi-8/17/171 que forman parte de las tres Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú.

Comandos policiales desembarcan de un Mi-17 en la selva central del Perú, tras un operativo antidrogas. Foto Lewis Mejía

Recordemos que los primeros Mi-8 “Hip” llegaron al país sudamericano como ayuda humanitaria que la Unión Soviética envió, luego del devastador terremoto de 1970. Terminada la misión, Moscú decidió obsequiarlos junto a un paquete de repuestos y accesorios, y prestar temporalmente a sus pilotos para que entrenaran a las tripulaciones locales.

Hoy, la Fuerza Aérea del Perú (FAP) es la más experimentada en su empleo, habiendo alcanzado grandes capacidades operativas y tecnológicas, incluyendo un centro de mantenimiento en Lima. Se suman los pocos helicópteros de combate Mi-25/Mi-35 “Hind”, uno de los cuales empezó su proceso de modernización de cabina.

Otro gran usuario de los “Hip” es el Ejército Peruano (EP), que al igual que la FAP los ha usado en combate en 1981, en 1995 y en la guerra contra el terrorismo.

Preparativos de vuelo de un Mi-25 en el aeropuerto de Arequipa, con su esquema de camuflaje original. Foto Lewis Mejía

En experiencia les sigue la Policía Nacional del Perú, que desde hace décadas ha incluido estos sistemas -ahora los Mi-171- en sus operaciones contra el terrorismo y de control antidisturbios en zonas rurales.

La Fuerza de Aviación Naval, de la Marina de Guerra del Perú (MGP), igualmente ha tenido experiencia valiosa como usuario, principalmente en la jungla, aunque su preferencia es por lo europeo o estadounidense.

Con una presencia en Perú que alcanza el medio siglo, estas aeronaves han confirmado sus aptitudes en diversos escenarios, incluyendo la costa desértica, la Amazonía de alta temperatura y humedad, y los Andes.

Una clara señal de la sólida apuesta por estos helicópteros se halla en el moderno Centro de Mantenimiento Aeronáutico del Ejército del Perú (CEMAE), que desde 2021 se encarga de las reparaciones certificadas de los Mi-17-1B y Mi-171Sh. A todo esto, se le suma la atractiva relación costo/beneficio, lo que hace improbable, por lo menos en el corto y mediano plazo, que en las fuerzas armadas del Perú se tome la decisión de un cambio radical a otros sistemas.

¿El futuro? Si bien es cierto que la provisión de repuestos de origen es un problema, se calcula que las aeronaves operarán unos 3 a 4 años más, momento en el cual habrá que analizar el panorama internacional para tomar decisiones.

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