China ha lanzado recientemente una serie de satélites como parte de su iniciativa para construir una red de comunicaciones y navegación espacial, emulando el servicio proporcionado por SpaceX a través de Starlink. Este movimiento estratégico se produce en un momento en que las constelaciones de satélites, como la de Elon Musk, han generado ciertas dudas y críticas.
En noviembre del año pasado, desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, se lanzó un conjunto de satélites que sientan las bases para un servicio chino similar a Starlink. Este desarrollo resalta la creciente competencia en el ámbito espacial, donde China busca establecer su presencia en la carrera de las constelaciones de satélites.
La utilidad de Internet por satélite ha sido evidente en conflictos recientes, como el de Ucrania, donde las fuerzas ucranianas han empleado dispositivos Starlink para superar interferencias y mejorar las comunicaciones en zonas afectadas por acciones enemigas. Esta experiencia ha llevado a Estados Unidos y sus aliados a adoptar tecnologías similares, con pruebas exitosas en regiones desafiantes como el Ártico.
En este contexto, China ha decidido avanzar en su propia capacidad espacial. El gigante aeroespacial chino CASC ha anunciado planes para desarrollar una red global de internet por satélite, reconociendo la importancia estratégica de esta tecnología. Este proyecto, conocido como “Sistema Global de Red Multimedia por Satélite”, se encuentra aún en una fase experimental inicial.
Si China logra materializar este proyecto, se abrirían diversas oportunidades tanto en el ámbito militar como civil. La industria nacional de comunicaciones por satélite podría experimentar un crecimiento significativo, estimándose un valor de al menos 32.000 millones de dólares entre 2024 y 2025. Además, la implementación de Internet de banda ancha en todo el país, especialmente en áreas rurales y remotas, podría beneficiar tanto a la sociedad como a las capacidades militares.
China ha demostrado un claro interés en establecer su presencia en la órbita terrestre baja, reconociendo que la disponibilidad de bienes inmuebles y frecuencias es limitada. Aunque se espera que China lance una red de aproximadamente 12.992 satélites, esta cifra es significativamente menor que los planes ambiciosos de SpaceX con más de 40.000 satélites.
El proyecto chino aún se encuentra en una fase experimental, con múltiples actores, incluyendo la CASC, el Instituto de Innovación de Microsatélites y la recientemente creada Compañía China de Internet por Satélite. Sin embargo, el impulso conjunto del gobierno y las empresas chinas busca cambiar el escenario actual y superar los desafíos técnicos asociados con el mantenimiento de una constelación de satélites de esta magnitud.
Aunque China está rezagada en comparación con SpaceX y Starlink, la combinación de recursos gubernamentales y empresariales chinos sugiere un esfuerzo concertado para alcanzar y posiblemente superar a sus competidores en el ámbito de Internet por satélite. El ritmo acelerado de desarrollo en 2023 y los lanzamientos de prueba indican la determinación de China en consolidar su posición en la carrera espacial.
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